Adiós 2019, que venga 2020

Adiós 2019, que venga 2020

Termina el año y antes que nada queremos agradecer al lector habernos acompañado durante este periodo, esperar que lo escrito haya sido de utilidad y que en 2020 podamos seguir aportando para el análisis de la mayor prioridad en el país: la seguridad. 2019 fue un año movido. A nivel nacional inició con el despliegue de la Guardia Nacional y casi termina con la detención de Genaro García Luna, esperamos que en lo días faltantes el país permanezca en calma, veremos. A nivel internacional los temas fueron variados el terrorismo siguió siendo la prioridad, al igual que los conflictos geopolíticos, las revueltas sociales y la ciberseguridad. Durante 2019 el gobierno mexicano continuó enredado con un diseño institucional confuso que ha subordinado la Seguridad Nacional y las nociones de seguridad interior a la lucha contra la violencia criminal y los cárteles. Por ello, al igual que los predecesores no ha logrado salir de un esquema centrado en lo prioritario y dejando pendiente lo importante: la supervivencia de la Nación; con el subsecuente problema de que los grandes temas de seguridad para la Nación se desvanecieran y que el país dejase de ser un actor en los ya por sí pocos espacios multilaterales de seguridad internacional. La cooperación internacional, en aumento constante a nivel planetario, para nuestro país se estancó. El precio de un nuevo diseño institucional, la curva de aprendizaje de los funcionarios, la compleja construcción de confianza y una estrategia aparentemente excluyente del carácter transnacional y global de la criminalidad ha dejado esta actividad clave y beneficiosa, si es que no obligatoria, para la lucha contra una criminalidad mexicana...
¿Pusieron un carro bomba en Irapuato?

¿Pusieron un carro bomba en Irapuato?

Este año, en términos de explosivos caseros, hubo dos incidentes que están prendiendo las alarmas, a las instancias de inteligencia y seguridad. Ambos sucedieron en Guanajuato, el primero en febrero en la refinería de Salamanca y el segundo apenas hace unos días en Irapuato. Los artefactos explosivos caseros, o también conocidos como explosivos improvisados (IED por sus siglas en inglés) son instrumentos utilizados con relativa frecuencia en conflictos urbanos con la finalidad de matar o amedrentar tanto a una población objetivo como a las autoridades o a bandas rivales. Los dispositivos explosivos caseros se emplean tanto por grupos insurgentes, terroristas o del crimen organizado por varias razones. En primer lugar, es un instrumento altamente eficaz para producir muerte y caos; en segundo lugar, por el poderoso impacto que tales ataques tienen sobre la imaginación de la población objetivo, es decir, crean sensación de pánico, ansiedad y terror que puede perdurar toda la vida; y en tercero, por que son baratos y relativamente fáciles de construir. No sólo los dispositivos explosivos caseros vienen en una serie de formas diferentes, sino que también pueden diseñarse para cumplir diferentes funciones. Por ejemplo, algunas organizaciones o también individuos que abrazan la causa terrorista pueden elegir ajustar su carga explosiva para tener alcances limitados en cuanto al poder de destrucción o número de víctimas mortales que esperan, esto lo hacen utilizando ingredientes fáciles de conseguir pero que les da la ventaja de que su adquisición o fabricación no levantaría alguna sospecha de las autoridades. El Ejército Republicano Irlandés utilizaba en algunas de sus operaciones esta clase de artefactos relativamente limitados en su poder.  También,...
La estrategia antiterrorista para la represión del crimen organizado transnacional mexicano

La estrategia antiterrorista para la represión del crimen organizado transnacional mexicano

El presidente Donald Trump informó el 27 de noviembre que había iniciado el proceso para catalogar a cuatro organizaciones criminales mexicanas como terroristas. La noticia ha obligado a analizar qué tanto la violencia vivida en México se apega al concepto de terrorismo y, aún más importante, qué tipo de repercusiones puede conllevar una decisión de este tipo para México. El concepto de terrorismo es complejo, ni legal ni académicamente existe un acuerdo. Algunas definiciones son laxas, mientras que otras son específicas, ante ello, como terrorismo podemos entender, desde el miedo creado por encender una motocicleta en un centro comercial (San Luis Potosí, 2012), hasta los mega atentados con cientos de víctimas mortales (Estados Unidos de América, 2001). Estos dos polos son el vivo ejemplo de las complejidades para comprender las conductas criminales y violentas que las autoridades catalogan como terrorismo. México, en el tema de la seguridad internacional y específicamente en el terrorismo, ha sido un actor pasivo. Después de pretender, en contra de toda la solidaridad, intercambiar acuerdos respecto a la política migratoria a cambio de votos en el Consejo de las Naciones Unidas para el apoyo de acciones en la lucha antiterrorista en 2003 y durante la administración del expresidente Vicente Fox y su canciller Jorge Castañeda, México fue dejado a un lado en el sistema internacional de seguridad. Desde entonces,  en nuestro país ni se discuten ni desarrollan medidas para hacer al planeta más seguro, a lo mucho se han firmado todos y cada uno de los acuerdos internacionales y seguido las directrices, nada fáciles de cumplir, impuestas en la lucha antiterrorista liderada por Estados Unidos,...