Ley  General de Victimas

Ley General de Victimas

A casi dos meses de ocurridos los hechos de Ayotzinapa persiste la duda sobre quién debe atender y acompañar a los familiares de los 43 jóvenes, ahora punto central de la agenda política nacional e internacional, y donde la respuesta gubernamental de nuevo ha sido accidentada y desarticulada, permitiendo la especulación y el calificativo de ineficiente. La aprobación en 2013 de la Ley General de Victimas (LGV) y la creación de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), que generaron esperanzas en algunos, da la impresión de haber quedado en lo retórico, para ser un nuevo elefante blanco, sin respuesta para los miles de afectados por la violencia y sus daños familiares. Sólo entre enero de 2013 y septiembre último hubieron 30 mil 166 homicidios (dolosos, no hay que olvidar), entre los que podrían estar los 43  jóvenes de Ayotzinapa, donde sus familiares han ido y venido sin que hasta ahora sea la CEAV, instancia que debería ser la que los cobijara con apoyo en general, pareciera que está al margen y dejando el paquete a otras instancias. Y por el contrario, los afectados pasan tocando puertas y el Estado las abre tratando de complacer sin un plan claro que atienda a esas personas que además de justicia necesitan apoyo económico, moral, psicológico, entre otros, como lo señala el artículo 7 de la LGV y olvidando que para eso se creó la CEAV, como lo dijo el presidente Enrique Peña a principios de 2014. En las próximas semanas el Senado de la Republica deberá discutir, con base en la una terna de seis candidatos (de los 20 que aspiran al...