La semana pasada se hizo público que el ex presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, consultó la posibilidad de eliminar criminales en suelo mexicano. Mientras tanto, el Departamento de Estado colocó como prioridad el contrabando y consumo de fentanilo y el Centro para el Monitoreo de Droga en Europa alertaron de una expansión en la participación de ciudadanos mexicanos en el tráfico y contrabando de metanfetaminas.
La idea de Donald Trump, que por fortuna no prosperó, hace evidente y explícita una noción que desde hace más de una década circula en los pasillos de la comunidad de seguridad e inteligencia para enfrentar la amenaza criminal mexicana: calificar de terrorismo a la violencia extrema que ejercen para así instrumentar una campaña para combatirla; que bien podría ser la síntesis de las experiencias de los Estados Unidos en Pakistán, Yemen y/o Somalia.
Desde los atentados el 11 de septiembre de 2001, en la posterior guerra global contra el terrorismo, los Estados Unidos de América han liderado una campaña preventiva que incluye eliminar blancos terroristas en aquellos lugares en donde los gobiernos locales son omisos o se encuentran incapacitados para detener o eliminar la amenaza. El uso de vehículos aéreos no tripulados y la creación de la mítica baraja de póker con las caras de 52 blancos preferentes y prioritarios de la guerra contra el terrorismo han sido claves para la campaña.
Pakistán, Somalia y Yemen, son lugares en donde de forma intensiva se ha desarrollado la campaña preventiva que se ha visto cristalizada con el despliegue de un equipo de fuerzas especiales para eliminar a Osama Bin Laden o los sistemáticos ataques con vehículos aéreos no tripulados en Yemen, iniciados en 2002, en contra de los miembros de Al Qaeda y que actualmente continúan con la anuencia de las autoridades locales.
Esta campaña se orientó en eliminar tres tipos de blancos: las personas buscadas por actos de terrorismo, de las que se tiene evidencia de actividades terroristas y las que cumplen del perfil de estar realizando actividades terroristas; todo ello bajo un sistema de verificación para evitar errores, disminuir las externalidades y las bajas colaterales, particularmente mujeres y niños. Sin embargo, estas operaciones no han funcionado a la perfección y han sido fuertemente criticadas, pero continúan siendo un elemento relevante para perseguir el terrorismo.
La eliminación de blancos, autorizados por las autoridades nacionales de lugares definidos como Estados fallidos, con gobiernos e instituciones débiles o afines a los ideales terroristas, los llamados “santuarios”; son el marco de la idea propuesta de Donald Trump, quien con toda seguridad pensó: si puedo eliminar a un terrorista en Yemen, ¿por qué no hacer lo mismo con los criminales mexicanos?
Una idea lógica que, aparte de la ignorancia del Presidente de los Estados Unidos de América en el tema, demuestra la frustración para atacar a las organizaciones criminales mexicanas y la intensión de utilizar la fuerza letal para acabar con esos “hombres malos” que amenazan la seguridad interior de su país. Quienes por más malos que sean son diferentes, hasta el momento, de los terroristas.
En la práctica, la idea de Trump está delimitada, porque las organizaciones criminales mexicanas no han sido incluidas en las listas terroristas del Departamento de Estado y por lo tanto no pueden ser blanco de este tipo de campañas. Aparte de ello, en caso de que esto sucediese, para proceder con una campaña de este tipo se necesitaría que el gobierno mexicano públicamente o de forma secreta, lo aceptase y así las aeronaves no tripuladas atacasen y eliminen la amenaza en suelo mexicano, situación por el momento es poco probable.
A la par de esta noticia, también en Estados Unidos, el Departamento de Justicia estableció al contrabando y consumo de fentanilo, causante de 71 mil muertes en 2021, como prioritario y así poniendo especial atención en la producción de las organizaciones criminales mexicanas quienes, discursivamente, son responsables de las muertes. En el mismo sentido, pero con distinto tono, en la Unión Europea se presentó el informe sobre el comercio de metanfetaminas, en el que se identificó un incremento en la actividad de criminales mexicanos, particularmente en la producción en territorio europeo para exportar a otras partes del mundo.
Este informe, es uno más de los producidos por diversas autoridades europeas qué, pese a la invasión en Ucrania, continúan señalando a México como una nación de preocupación debido a los altos niveles de violencia, impunidad y criminalidad. La preocupación por la expansión y presencia criminal de mexicanos en Europa no es nueva y se centra en el uso de violencia extrema y en el establecimiento de redes en el territorio europeo que pusieran en riesgo la seguridad de sus ciudadanos.
La lucha contra la criminalidad mexicana se realiza más allá de las fronteras, aparte de las acciones del gobierno federal mexicano, existen intereses internacionales que señalan y proponen medidas, algunas descabelladas, para enfrentar a las poderosas y sanguinarias organizaciones mexicanas. Las capacidades globales contra el crimen son amplias, el gobierno de México puede aprovechar el interés que despierta el para ser parte del desarrollo de instrumentos para el combate a la criminalidad que beneficien a la seguridad internacional, sean respetuosos de las soberanías y no impliquen equiparalos con los terroristas y el uso de violencia letal.
Recomendación estratégica: México tiene un gran reto múltiple; por un lado, necesita estabilizar y disminuir los niveles de violencia extrema del país, disminuir los signos de debilidad o incapacidad estatal y controlar el aumento criminal; y por otro, gestionar las propuestas de nuestros socios estratégicos, y hasta las ideas, de agentes internos o externos, inicialmente descabelladas y letales. Las presiones y amenazas para intervenir en situaciones de violencia extrema continuarán y del gobierno federal depende preservar la soberanía y aprovechar el interés de la comunidad internacional para enfrentar el mayor reto del país.
Último momento: Las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania continúan. La OTAN, todo parece, tendrá dos miembros más, Finlandia y Suecia, para finales de verano y se prepara para un conflicto de media/larga duración con potencialidad de expansión territorial.
Agradezco los valiosos comentarios de Misael Barrera Suárez, Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México y especialista en seguridad e inteligencia. Síguelo en @MisaelBarreraS
Fernando Jiménez Sánchez es investigador CONACyT en El Colegio de Jalisco y colaborador del CIS Pensamiento Estratégico. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores; Doctor en Análisis y Evaluación de procesos Políticos y Sociales por la Universidad Carlos III de Madrid, máster en Análisis y Prevención de Terrorismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Síguelo en @fjimsan