¿Qué pretende Estados Unidos al catalogar a los cárteles de droga mexicanos como terroristas?

¿Qué pretende Estados Unidos al catalogar a los cárteles de droga mexicanos como terroristas?

El terrorismo internacional es una amenaza a la seguridad que históricamente en México ha sido catalogada como poco probable a improbable. Los últimos eventos relacionados con este tipo de violencia, la intención del Presidente de Estados Unidos de catalogar a las organizaciones criminales como terroristas y las consecuencias por la neutralización del general iraní Soleimani, nos obligan a analizar y revalorar el reto o amenaza que representa este fenómeno, al que poco o nada atención le solemos dar.

México, tradicionalmente ha sido ajeno al terrorismo doméstico e internacional; rara vez las acciones de violencia de individuos u organizaciones en el país han sido catalogadas como tales y por fortuna no se encuentra considerado dentro de las naciones blanco de las organizaciones terroristas internacionales.

La amenaza del gobierno de los Estados Unidos de catalogar como organizaciones terroristas a tres grupos criminales mexicanos fue la primera llamada de atención, que por el momento fue atendida por el gobierno; sin embargo, hay pocos elementos para pensar sí no será utilizada como una medida de presión en los próximos años ya que, será difícil para el gobierno mexicano controlar la violencia debajo de los estándares nacionales e internacionales aceptados y su politización.

El terrorismo en las últimas décadas se presenta como un reto para México, más allá de la vulnerabilidad del Estado mexicano por las actividades de las salvajes organizaciones criminales, su lugar geoestratégico lo obliga a estar al pendiente. La vecindad y relación de interdependencia con Estados Unidos hacen de México un lugar propenso a ser utilizado por el terrorismo internacional. Algo nada nuevo que resurge ante la nueva amenaza proveniente de la neutralización del general Iraní Soleimani y la promesa de su venganza.

Esta situación hace necesario remarcar y revalorizar al menos los siguientes cuatro escenarios, en los que claramente la seguridad de Estados Unidos depende de las acciones que se desarrollen en México, para prevenir un ataque:

El primero es que alguna persona o grupo utilicen las rutas y flujos migratorios o las redes de traficantes de personas para recorrer nuestro país e internarse irregularmente a Estados Unidos y ahí planear, facilitar o cometer atentados terroristas o actos de sabotaje.

El segundo escenario es que alguna persona o grupo que se encuentre legalmente establecido en México utilice los flujos y organizaciones dedicadas al tráfico de Mexicanos para internarse irregularmente al territorio de Estados Unidos y ahí planear, facilitar o cometer atentados terroristas o actos de sabotaje.

El tercer escenario es que personas con estancia legal o internadas irregularmente en nuestro país planeen, faciliten o cometan atentados terroristas, actos de sabotaje o ataques cibernéticos en contra de intereses estadounidenses en nuestro territorio.

El cuarto escenario es que estas personas con estancia legal o internadas irregularmente en nuestro país planeen, faciliten o cometan atentados terroristas, actos de sabotaje o ataques cibernéticos en contra de instalaciones estratégicas mexicanas que conlleven graves consecuencias para nuestro vecino del norte.

De presentarse alguno de estos escenarios México se colocaría en una situación de vulnerabilidad mayor, que podría ser agravada por la posible participación o facilitación de funcionarios públicos en las actividades terroristas o de sabotaje contra nuestro vecino del norte, lo cual podría inclusive presionar la idea de que el país fuera catalogado como uno que apoya el terrorismo. Terminando la relación estratégica con los Estados Unidos y sepultando el futuro e independencia del país.

El reto terrorista desencadenado por la neutralización del general Iraní se presenta para México en un momento interno complejo. El cambio de régimen del presidente López Obrador ha creado nuevos antagonismos nacionales e internacionales con interés en que fracasen sus planes y políticas. Aunado a ello, la administración pública federal, en particular la relacionada con la seguridad, está en proceso de un cambio en el que los instrumentos represivos del Estado se están reestructurando y readecuando.

Las consecuencias de estas dos cuestiones son amplias. Existe la posibilidad de actos desleales o de sabotaje, inclusive dentro de los mismos operadores de la seguridad, en contra de las acciones gubernamentales; presiones del sector privado de seguridad con influencia internacional para establecer condiciones que le beneficien y actores u organizaciones criminales que podrían aprovechar la debilidad de las instituciones mexicanas.

Esta situación, nada tranquilizadora, se presenta en un momento en que, al menos en apariencia, el sistema de Seguridad Nacional se encuentra desarticulado o distraído en la lucha contra el crimen organizada. El Consejo de Seguridad Nacional dejó de informar directamente a la Presidencia de la República; el Centro Nacional de Inteligencia se enfocó, como viene sucediendo desde el sexenio pasado, a prácticamente coordinar la lucha contra la criminalidad; las Fuerzas Armadas, de la misma forma, desde hace décadas se encuentran enfocadas en la misma lucha y en específico el Ejército se encuentra distraído en la consolidación de la Guardia Nacional.

La situación interna y externa que enfrenta México es compleja, la amenaza de venganza por la neutralización general iraní Soleimani la agrava y debe ser revalorada por las instancias de Seguridad Nacional para prevenir cualquier acto que ponga en riesgo la seguridad de Estados Unidos; también, esta coyuntura puede ser aprovechada para profundizar y acelerar una reforma democrática del Sistema de Seguridad Nacional que tanto necesita el país.

Agradezco los valiosos comentarios de Misael Barrera Suárez Síguelo en @MisaelBarreraS

Fernando Jimenez Sánchez es investigador CONACYT y de El Colegio de Jalisco. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores; Doctor en Análisis y Evaluación de procesos Políticos y Sociales por la Universidad Carlos III de Madrid, máster en Análisis y Prevención de Terrorismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Síguelo en @fjimsan