En el mundo del terrorismo la radicalización es el antecedente no solo para abrazar las causas extremistas sino también para cometer un acto violento[1]. Lo preocupante es que toda sociedad tiene su dosis de radicales y por supuesto México no es la excepción. Cada día es más evidente que cuando analizamos el futuro del terrorismo en México no basta con observar las motivaciones ideológicas de los grupos terroristas o los lobos solitarios que operan en el entorno internacional, tampoco es suficiente con conocer el tipo de arma o explosivos más utilizados por los terrorista en sus ataques a países occidentales. Si queremos entender y atender el fenómeno terrorista, será necesario acercarnos a los eventos que ocurren durante la formación del radical y que probablemente lo puedan llevar a tomar el camino de la violencia como forma de reivindicar sus posturas o creencias
Hay mucha discusión sobre si la radicalización es un evento que sucede en la vida de una persona o si es un camino que se va recorriendo de un paso a la vez. Para efectos de este análisis la postura es que la radicalización es un camino, específicamente un proceso con distintas etapas donde la persona pudiera finalmente decidir enrolarse en actividades extremistas para que por medio del terror pudiera alcanzar objetivos políticos. Desafortunadamente este proceso depende de múltiples variables que suceden dentro de la vida de cada persona y que hace único los casos, no obstante hay ciertas etapas que el candidato a terrorista cruzará y que son importantes observar.
México no ha sido ajeno al fenómeno de la radicalización. Hay ciertos grupos realizando acciones de forma sistemática en contra de autoridades, profesores de universidades y empresas. Sobre todo nos parecería que hay un aumento de estas actividades en los últimos 10 años. ¿Esto qué quiere decir? En primer lugar confirma que tenemos dentro de nuestra sociedad una dosis de radicales que están dispuestos a continuar con su lucha por medios violentos; y en segundo lugar nos plantea la hipótesis de que quizá el futuro de las actividades terroristas en México pudieran ser producto de estos radicalismos y no necesariamente de la presencia de grupos terroristas internacionales operando en el país.
Es importante insistir en que el radical no nace, sino se hace. Esto significa que la radicalización es un proceso que toma tiempo pero que afortunadamente no siempre resulta efectivo. Por ejemplo muchas veces los candidatos a terroristas se arrepienten de sus actividades extremistas o son descubiertos por autoridades antes de que lleven a cabo un atentado, o nunca se vuelven operables y solo mantienen sus ideas radicales sin hacerle daño físico a nadie. El proceso de radicalización es complejo y no siempre se desarrolla de forma lineal. Sin embargo en términos generales podemos distinguir que todo proceso de radicalización consta de al menos 3 fases que si bien no funcionan de forma automática, es decir una después de la otra, si el resultado de una afecta a la siguiente. Estas son:1) Antecedentes, 2) Reclutamiento y 3) Adoctrinamiento. Los antecedentes son la fase que tiene que ver con los contextos particulares que han influido en el comportamiento de la persona y por ello se argumenta que la radicalización solo es posible en ciertos individuos. El punto importante con los antecedentes es que desafortunadamente no es posible identificar una sola causa que influya sobre la personas para que se comprometan con las actividades violentas[2]. Por ejemplo una persona puede ser influida por variables psicológicas tales como un desequilibrio mental que lo hagan propenso a actuar de forma violenta. También pudiera influirlo variables sociológicas como el entorno altamente violento de donde proviene[3]. Las varíales familiares, como trayectorias personales conflictivas (familia, amistades, dinámicas de grupo, guerra civil, etc.) también podrían ser antecedentes que determinen su comportamiento extremista[4]. Así mismo las influencias globales pudieran ser un factor que nos explique la propensión a la violencia de algunas personas[5]; por ejemplo hay quienes sostienen que mucho de la radicalización en Europa proviene de los efectos de la guerra sucia durante la independencia de Algeria, o la guerra de Kosovo o la guerra en Irak[6]. Así mismo las variables políticas como el racismo, la intolerancia, la falta de oportunidades o la exclusión social pueden influir también en una persona[7].
Este grupo de variables ejercen una influencia muy importante en la vida de las personas para inmiscuirse en actividades terroristas. Sin embargo no es posible saber cuál de ellas tiene más peso. Para ello habrá que analizar cada caso y saber cuáles fueron los últimos determinantes que le hicieron ver que la acción violenta era factible y necesaria.
La segunda etapa del proceso de radicalización es el reclutamiento. Esta es una actividad mediante el cual las organizaciones buscan que nuevos militantes se enrolen y participen en las actividades del grupo. En este sentido es importante también aclarar que el reclutamiento se puede dar en cualquier ámbito y espacio. Algunos de los lugares más comunes en el entorno internacional han sido los templos, como el papel que jugó la Mezquita de Al-Quds en Hamburgo, Alemania para el reclutamiento y radicalización de quienes atentaron en el 9/11[8]. Sin embargo también los reclutadores pueden aparecer en espacios públicos como lo que ha sucedido en la céntrica calle de Oxford Street en Londres, Inglaterra donde personas reparten propaganda a favor de ISIS[9]. Las universidades tampoco han estado exentas de este fenómeno, por ejemplo en Estados Unidos sucedió dentro de la Universidad Jhons Hopkins donde el matrimonio de Walter y Gwendolyn Myers reclutaron a estudiantes para espiar al gobierno norteamericano en favor del cubano[10]. Por supuesto también está el ciberespacio que cuenta con cientos de sitios de internet promovidos por grupos radicales donde mencionan sus actividades, motivaciones, formas de contacto, técnicas etcétera.
La tercera etapa y más importante para convertir a un radical reclutado en terrorista es el llamado adoctrinamiento. De acuerdo al artículo “Toward a Behavioral Model of ´Homegrown´ Radicalization Trajectories”[11] la persona va pasando por distintas etapas en su trayecto para ser finalmente radicalizado. Estas son: 1) La pre radicalización que consiste en hacer que la persona reinterprete sus ideas o creencias con la finalidad de que acepte las posiciones extremistas; obviamente este no es un proceso sencillo porque se trata de proveer racionalización a experiencias de vida pasada con la intención de explotar los factores emocionales tales como odio, venganza y frustración. La etapa 2) se le conoce como de identificación o desapego, donde el objetivo es que el individuo acepte que la violencia es la única forma de reivindicar el culto o la ideología en cuestión; en esta etapa es cuando se le puede proveer a la persona de capacitación básica (religiosa, paramilitar, etc.) para que en un determinado caso pudiera estar lista a actuar y llevar una ataque terrorista. La etapa 3) es la del entrenamiento, donde el objetivo es fortalecer los vínculos con el grupo y proveerle de capacitación sobre técnicas avanzadas en armas, explosivos, vigilancia, financiamiento, enfrentamiento urbano, etc; cuando una persona llega a esta etapa se le considera que esta lista para actuar en un atentado terrorista. Finalmente la etapa 4) que se le conoce como de planeación u ejecución de la acción violenta y donde el objetivo será preparar al individuo para que pueda planear y ejecutar un atentado terrorista; en esta etapa el individuo ya está comprometido con las actividades extremistas y participa en roles como el reclutamiento, facilitamiento y financiamiento de las actividades terroristas.
Finalmente, consideramos que para pensar en el futuro del terrorismo en México no cabe duda que tendremos que entender los radicalismos en primer lugar y observar detenidamente las etapas antes mencionadas. Ahí las autoridades podrán analizar si es posible un ataque de impacto considerable en el País y quien pudiera estar detrás. Por supuesto es una tarea muy compleja y difícil para los servicios de inteligencia y seguridad, no obstante adentrarse al proceso de radicalización que sufre un individuo es de las mejores oportunidades que se tienen para realizar acciones contraterroristas efectivas.
Francisco Franco Quintero Mármol es Maestro en Inteligencia y Seguridad Internacional por el King´s College London, catedrático y conferencista en temas de inteligencia y seguridad y Director General de CIS Pensamiento Estratégico
[1] Randy Borum, «Radicalization into Violent Extremism I: A Review of Social Science Theories,» Journal of Strategic Security 4:4 (2011)., p. 8
[2] G. H. McCormick, «Terrorist Decision Making,» Annual Review of Political Science 6 (2003): 473–507
[3] Taylor, M. and Horgan, J. «A Conceptual Framework for Understanding Psychological Process in the Development of the Terrorist,» Terrorism and Political Violence 18:5 (2006): 585–601
[4] C. McCauley and S. Moskalenko, «Mechanisms of political radicalization: Pathways toward terrorism,» Terrorism and Political Violence (2008): 416.
[5] Expert Group on Violent Radicalisation (2008) ‘Radicalisation Processes Leading to Acts of Terrorism. A concise Report prepared by the European Commission’s Expert Group on Violent Radicalisation’,
[6] Ibid
[7] C. McCauley and S. Moskalenko, «Mechanisms of political radicalization: Pathways toward terrorism,» Terrorism and Political Violence (2008), p. 416.
[8] Sageman, Marc. Understanding Terror Networks. Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 2004., p.95
[9] http://www.independent.co.uk/news/uk/crime/isis-supporters-who-handed-out-islamist-propaganda-in-london-outside-oxford-street-topshop-jailed-a6841966.html
[10] http://www.nydailynews.com/news/world/walter-kendall-myers-wife-gwendolyn-steingraber-arrested-spying-cuba-30-years-article-1.376451
[11] Jytte Klausen, Selene Campion, Nathan Needle, Giang Nguyen & Rosanne Libretti (2016) Toward a Behavioral Model of “Homegrown” Radicalization Trajectories, Studies in Conflict & Terrorism, pp. 67-83