Diversos medios de comunicación han dado cuenta que en los 3 años del sexenio del presidente López Obrador se han registrado 29 asesinatos en contra de periodistas. La cifra es alarmante por varios sentidos, la más importante sería porque en una democracia en proceso de consolidación como lo es el caso mexicano, un comunicador no tendría que ser ni amenazado ni asesinado por el solo hecho de ejercer su trabajo; pero la otra razón por lo cual alarma esta cifra, es que, en promedio en los últimos 3 sexenios, de 2000 a la fecha, había habido alrededor de 40 periodistas asesinados por administración presidencial. Con los 3 años restantes de la presente administración de gobierno, la tendencia sería que acabaría entre 50 y 60 periodistas asesinados en total.
Los orígenes de las amenazas y posterior asesinatos de periodistas tienen dos fuentes principalmente: las que provienen de funcionarios públicos y las que realizan personas o grupos dedicados a actividades criminales. Las respuestas de los gobiernos han sido variadas, y quizá el esfuerzo mas importante, aunque por supuesto insuficiente, resultó ser el que impulsaron diversos periodistas y funcionarios públicos de la administración del expresidente Calderon que permitieron la creación de la Ley para protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas y el Mecanismo de Protección para personas defensoras de derechos humanos y periodistas en 2012.
Constantemente se ha señalado que el Mecanismo tiene problemas en su ejecución debido a la falta de recursos, o porque tiene obstáculos para fortalecer la coordinación entre autoridades o que incluso el problema radica en que las medidas implementadas se hacen de forma incorrecta. Sin embargo, esta clase de protocolos de protección específica a personas vulnerables por su actividad no solo fallan por un mal diseño del instrumento o por una mala ejecución de éste, sino que, en nuestra experiencia, fallan porque carecen de una “advertencia anticipada efectiva”.
Un sistema de advertencia anticipada efectiva es diseñado para facilitar información oportuna y eficientar la respuesta en situaciones de crisis en contra de periodistas y defensores de derechos humanos. Parten de la premisa de que nada es casual sino todo es causal, y que es probable anticiparte a la mayoría de los eventos entendiendo y analizando la información asociada a esa causalidad investigada. En esencia esto es lo que hace cualquier servicio de inteligencia serio, y por ello estos sistemas suelen estar alimentados por información que generan instancias de inteligencia gubernamental y organizaciones de la sociedad civil que proveen información valiosa para completar los “huecos” de información que el gobierno tiene.
La clave de un sistema de advertencia anticipada que proteja con eficacia a periodistas y defensores de derechos humanos radica en generar indicadores que alerten sobre cambios en las causalidades analizadas. La sensibilidad del sistema dependerá de estos indicadores, es decir, el sistema puede resultar “nervioso” si hay un mal diseño de indicadores que alerten sobre casi cualquier cosa. También podría ser lo contrario, esto es, que sea un sistema poco efectivo por que carece de suficientes indicadores que alerten sobre una cadena de eventos que están por suceder.
Adicionalmente, para ser eficaz el sistema de advertencia anticipada tiene que motivar a las autoridades a reaccionar. Y esto es uno de los dilemas más importantes en el diseño de estos sistemas, por que si se esperan pruebas contundentes de que el funcionario público o el criminal va a atacar a periodistas o defensores de derechos humanos, probablemente tu advertencia a la autoridad no estará en tiempo. Por el otro lado, si el sistema estima ataques potenciales en contra de estas personas, pero carece de evidencia dura, entonces la advertencia no motivará a la autoridad dado que carecerá de credibilidad. Incluso, si el sistema es demasiado cauteloso al hacer juicios sobre las amenazas, entonces será culpable de no advertir a tiempo a la autoridad.
Recomendación estratégica. Dado que en la agenda del gobierno federal no está el realizar mejoras al Mecanismo de protección a defensores de derechos humanos y de periodistas o de implementar alguna estrategia efectiva para protegerlos, queda entonces que estos gremios busquen implementar un sistema de alertamiento efectivo. Por lo tanto, esa iniciativa deberá prever que quede claro el alcance del sistema de advertencia ya que es prácticamente imposible saber cuándo va a suceder el evento, pero si se podrían limitar los daños del incidente si es que se implementa correctamente un sistema de advertencia anticipada efectiva.