La Inteligencia Artificial (AI) utilizada para el reconocimiento facial se ha presentado como una oportunidad para mejorar los sistemas de vigilancia, monitoreo y gestión de información de las instituciones de seguridad. Pese a los beneficios demostrados en las pasadas décadas, las dudas sobre el respeto a los derechos ciudadanos, la privacidad y las libertades de los ciudadanos han creado un amplio debate, que incluso, cuestionan su aplicación y han llevado a detener su uso en algunas localidades.
El reconocimiento facial es el proceso de identificar o verificar la identidad de una persona usando sus características biométricas, específicamente del rostro. Los sistemas dedicados a ello: capturan, analizan y comparan patrones basados en los detalles faciales de la persona contenidos en fotografías y videos, para que después los rostros sean traducidos a información digital comparable. Con ello, quienes utilizan los sistemas pueden identificar, buscar o dar seguimiento en tiempo real a las actividades de las personas.
El uso de la inteligencia artificial para este fin se ha extendido alrededor del planeta, al igual que las dudas sobre su uso y funcionamiento. China, es el país con mayor experiencia en su aplicación, al ser un régimen totalitario y carecer de contrapesos para su uso, le ha permitido desarrollar y utilizar sistemas de monitoreo y vigilancia de reconocimiento facial, entre otros, para identificar a las personas y su comportamiento, criminal o no, que es utilizado para establecer las libertades o prohibiciones individuales para las personas.
Los sistemas utilizados en China son un ejemplo de hasta donde se puede llegar con las tecnologías de reconocimiento facial para el monitoreo, vigilancia y control de las personas y sus comportamientos, que difícilmente se pueden establecer, con la misma potencia, en las democracias occidentales. Pese a ello, estos sistemas se encuentran en uso en las instituciones de seguridad de alrededor del mundo para contrarrestar, bajo diferentes capacidades, el crimen, terrorismo y otro tipo de amenazas a la paz social.
El Reino Unido es otro de los ejemplos del uso de reconocimiento facial, los ciudadanos, caracterizados por ser celosos de la privacidad y el respeto a sus derechos ciudadanos, desde hace más de una década cuestionan el uso de los sistemas y su uso en las instituciones de seguridad. Inclusive se debate el diseño de los algoritmos utilizados en el reconocimiento facial y se han demostrado las fallas, de hasta el 95%, que tienen y las repercusiones para las libertades y derechos de los ciudadanos. Pese a ello, las policías del país siguen utilizando de forma extensiva estos sistemas de reconocimiento facial.
En otros lugares, los ciudadanos han frenado su uso, las ciudades de Portland, Boston, San Francisco y Oakland en Estados Unidos, en distintos niveles han vetado el reconocimiento facial para labores de monitoreo y vigilancia en el sector público y, en la primera ciudad antes mencionada, en el privado. En el mismo sentido, las empresas desarrolladoras de sistemas como Microsoft, Amazon o IBM, han anunciado su negativa a suministrar a las instituciones policiales pese a ser desarrolladores de los más prometedores proyectos de tecnologías del reconocimiento.
Los sistemas de reconocimiento facial, pese a las críticas y fallas, son y seguirán siendo utilizados a nivel global por las instituciones de seguridad. Los recortes presupuestales y la modernización de modelos para basar en evidencia sus procesos de toma de decisiones y la presión y vigilancia social buscarán seguir descansando en estos sistemas y en los modelos matemáticos científicos que prometen evitar las fallas humanas y el sesgo de los oficiales de policía, así como ampliar las capacidades de vigilancia y monitoreo con a bajos costos.
En México, la CDMX, Coahuila Nuevo León y Puebla han o pretender comprar e instalar sistemas de reconocimiento facial. Posiblemente en los próximos años las cámaras gubernamentales de monitoreo CCTV en lugares públicos y las dispuestas en los vehículos de las instituciones de seguridad tendrán los sistemas para identificar y dar seguimiento a las personas de interés para la autoridad, las que tengan órdenes de presentación o detención, probablemente desarticular organizaciones y disminuir la criminalidad y la violencia.
El uso de las tecnologías de reconocimiento utilizadas por el sector público y/o el privado en todo tipo de labores difícilmente podrá ser evitado; las capacidades para el monitoreo, la vigilancia y el conocimiento de los comportamientos de las personas son de gran utilidad para reducir costos, prever sus necesidades e inclusive predecir los gustos de las personas. Sin embargo, estas tecnologías tendrán que ser probadas constantemente, transparentados los modelos matemáticos que las sustentan y auditados los datos con los que se hacen las comparaciones.
La responsabilidad y riesgo público de un error de estos sistemas en las instituciones de seguridad y policiales puede ser fatal y afectar seriamente la vida y dignidad de las personas. Algo muy distinto a una fallida campaña de publicidad a la medida para una persona. Las instituciones deberán cuidar su uso y responsabilizarse por los errores; así como, por el momento, ser incrédulos de sus resultados.
Recomendación estratégica: Ante la necesidad de ampliar constantemente las capacidades de las instituciones de seguridad y los beneficios para tanto el monitoreo como la vigilancia del reconocimiento facial es necesario concientizar y educar a los ciudadanos sobre su uso y límites, crear un marco normativo respetuoso de la privacidad y los derechos humanos; así como, reestructurar y resguardar la información y datos que utilizarán las instituciones de seguridad para efectuar las comparaciones de reconocimiento facial. Los países deberán de cuidar su uso y vigilar la cientificidad de sus sistemas para que cuenten con la legitimidad que les permita utilizarlos para la lucha contra la criminalidad, el terrorismo y los desórdenes sociales.
Agradezco los valiosos comentarios de Misael Barrera Suárez, Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México y especialista en seguridad e inteligencia. Síguelo en @MisaelBarreraS
Fernando Jiménez Sánchez es investigador CONACyT comisionado a El Colegio de Jalisco. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores y coordinador del Webinar en Estrategia y Seguridad de CIS Pensamiento Estratégico; Doctor en Análisis y Evaluación de procesos Políticos y Sociales por la Universidad Carlos III de Madrid, máster en Análisis y Prevención de Terrorismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Síguelo en @fjimsan