La Seguridad Nacional para Estados Unidos de América se encuentra en proceso de cambio, comienza a existir un acuerdo de que las instituciones y la doctrina que las sustentan son insuficientes para enfrentar los retos, amenazas actuales y de esta forma preservarla. Ante ello, cobra relevancia la visión presentada por Joe Biden el pasado 3 de marzo en la Guía Estratégica Interna de Seguridad Nacional, así como algunos de los elementos desarrollados para preservar la Seguridad Nacional de su país, brindarle viabilidad, supremacía e influir en la seguridad internacional o global.
Estados Unidos es todavía el país con las Fuerzas Armadas más poderosas del planeta, cuestión que se complementa con su participación en la Alianza de Tratado del Atlántico Norte, cuenta con capacidades militares que no se ponen en duda, así como su papel, fundamental, para persuadir a sus adversarios y dar protección a sus socios y aliados. Pese a su supremacía a nivel internacional, sus instituciones y capacidades parecen no ser suficientes para enfrentar los retos y amenazas actuales a la Seguridad Nacional, que se pueden comprender según la Guía en tres categorías: 1) la reducción de valores democráticos; 2) la evolución tecnológica y 3) la adaptación y modernización de las instituciones de Seguridad Nacional.
Los dos rivales de Estados Unidos, Rusia y China, representan claros retos para los valores democráticos en plena expansión. Los regímenes de libertades se están viendo cuestionados y amenazados por el autoritarismo; los nacionalismos; la corrupción; la polarización; el populismo; la desigualdad; la violación de derechos humanos y el racismo, principalmente; mismos que se extienden alrededor del mundo, incluyendo, y de manera muy clara, a democracias occidentales como la alemana o la estadounidense, donde grupos de extremistas se encuentran en plena expansión y dispuestos a utilizar la violencia para interrumpir los procesos democráticos.
La evolución tecnológica y sus consecuencias casi desconocidas representan un reto para la Seguridad Nacional de los Estados Unidos. Las consecuencias y aprovechamiento de las tecnologías emergentes, se estima, tendrán grandes consecuencias para temas esenciales en los países, tales como: la reducción del cambio climático; el desarrollo de nuevos tratamientos médicos o el desarrollo del comercio con una nueva generación de telecomunicaciones y distribución de la riqueza. Por las consecuencias que el uso de las tecnologías emergentes tendrá, el proceso de innovación y desarrollo científico y tecnológico se vuelve clave e indispensable para preservar la Seguridad Nacional.
Las instituciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos se encuentran desfasadas del presente. Las burocracias y su organización con dificultad podrán enfrentar las situaciones que pongan en riesgo la Seguridad Nacional. La modernización y adaptación en las últimas décadas es insuficiente para responder en tiempo, forma y de manera proporcional a retos complejos provenientes de situaciones o fenómenos complejos, multifactoriales, entrelazados y con altas capacidades de destrucción e irrupción. Por ello, se propone actualizar el sistema de Seguridad Nacional y sus instituciones para hacer frente a retos y amenazas con características diferentes a las del siglo pasado.
Para preservar la Seguridad Nacional, el presidente Joe Biden propone el resurgimiento del Poder Blando para apoyarse en las instituciones de cooperación internacionales y en la diplomacia; ya que reconoce las inminentes características globales y trasnacionales de los retos y amenazas, así como la necesidad de enfrentarlos de manera conjunta, dejando el uso de las Fuerzas Armadas y la fuerza como opción última. Ante ello, resurge la importancia de la red de socios y aliados, que en conjunto con una sociedad civil diversa y vigorosa ayudaran a preservar la Seguridad Nacional del país.
Dentro de la Guía se propone promover la resiliencia, innovación y competitividad a nivel nacional para enfrentar los retos y amenazas y así defender los recursos de la fuerza del país como: su gente, economía, y democracia. También promover la distribución de poder para disuadir la actuación de los adversarios de a los Estados Unidos y sus aliados o las intenciones de dominar regiones estratégicas. Y como elemento para clave para liderar y mantener un sistema internacional estable y abierto, respaldado por alianzas democráticas sólidas, asociaciones, instituciones multilaterales y reglas.
Por último, Biden reconoce la necesidad de guiar al mundo a partir del ejemplo interno y de actuar, adaptarse y reformar el presente para construir un futuro próspero; esto en un momento clave de la historia, en donde la pandemia se encuentra modificando las actividades humanas y cuando la mayor amenaza de violencia terrorista se encuentra dentro del territorio de Estados Unidos y conformada por sectores sociales ultraconservadores con capacidades legales de modificar el futuro de la Nación.
Recomendación estratégica: La visión del presidente Joe Biden en Seguridad Nacional da una oportunidad a continuar con los avances y transformación de las instituciones en Estados Unidos para seguir reforzando la cooperación internacional. Ante una serie de nuevos retos y de instrumentos para hacerles frente, en la administración de Biden se propone regresar a los intereses y valores democráticos que tradicionalmente han guiado la Seguridad Nacional de Estados Unidos dada la necesidad de enfrentar los fenómenos nacionales que disminuyen el poder del país y que representan conductas que se buscan erradicar a nivel global. Estados Unidos, como vanguardia de la Seguridad Nacional mundial, plantea una oportunidad para avanzar en las agendas democráticas, así como continuar con en la lucha contra los regímenes autoritarios que atentan la estabilidad y la paz internacional.
Agradezco los valiosos comentarios de Misael Barrera Suárez, Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México y especialista en seguridad e inteligencia. Síguelo en @MisaelBarreraS
Fernando Jiménez Sánchez es investigador CONACyT comisionado a El Colegio de Jalisco y colaborador del CIS Pensamiento Estratégico. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores; Doctor en Análisis y Evaluación de procesos Políticos y Sociales por la Universidad Carlos III de Madrid, máster en Análisis y Prevención de Terrorismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Síguelo en @fjimsan