Los recientes ataques terroristas del 29 de octubre en Niza, Francia y el 2 de noviembre en Viena, Austria confirman algunas tendencias del terrorismo moderno que vale la pena destacar y que sirven como lección para aplicar mejores técnicas de inteligencia y seguridad para contener el fenómeno.
- Los ataques terroristas se hicieron más simples.
En el terrorismo del S.XX e incluso el del 9/11, las técnicas de combate utilizadas por el terrorista generalmente eran complejas de aprender y difíciles de replicar. Por ejemplo, había que aprender a pilotear aeronaves o para fabricar una bomba había que viajar, muchas veces miles de kilómetros, para aprender la técnica e incluso era necesario aprender nuevos idiomas para poder adquirir el conocimiento.
Todo eso parece que ya no es necesario en estos momentos, ya que, hoy el terrorista utiliza técnicas simples para generar terror y con instrumentos que podrían conseguirse incluso en una casa o que no requieren entrenamiento previo.
Tenemos casos cómo la utilización de una olla a presión llena de artefactos punzocortantes para realizar el ataque en el Maratón de Boston (2013); o los atropellamientos de multitudes con un camión como el ataque en Niza, Francia (2016); o los ataques con armas automáticas como el ocurrido adentro de un supermercado en el Paso, Texas (2019).
Si bien sigue habiendo muchos ataques con técnicas complejas –como un ataque ciberterrorista— la realidad es que el nuevo terrorista es mucho más flexible para seleccionar su instrumento para matar y por lo tanto no le es necesario viajar, aprender técnicas complejas o incluso un idioma nuevo, muchas veces solo necesita inspirarse y replicar lo visto en algún video publicado en internet. Esto podría explicar lo sucedido en Viena.
- El candidato a terrorista se radicaliza más rápido.
Hay datos que nos indican que los perpetradores del 9/11 les tomó en promedio unos 10 años llegar a radicalizarse cognitiva y conductualmente para estar listos y poder matar a mas de 3500 personas ese martes del 2001. La razón era obvia ya que 1) había que estudiar para ser terrorista y esa instrucción tomaba tiempo, 2) la instrucción se realizaba solo en ciertos lugares por lo que había que esperar para cruzar una frontera de forma segura y 3) los medios para contactar a alguien que te pudiera introducir en el mundo del terrorismo eran escasos.
Recordemos que el terrorista no nace, se hace, y para ello primero es radical y posteriormente es terrorista. Ese proceso dura dependiendo de varios factores alrededor del candidato a terrorista como ciertos contextos políticos o sociales imperantes en dónde éste se desenvuelve. Sin embargo, la radicalización visual, ofrecida desde algunos sitios de internet, ha tenido mucho impacto para acelerar el proceso de un individuo en su camino al terrorismo.
El problema es que cada vez más observamos casos donde los terroristas se radicalizan en un año o menos. Por ejemplo, información hasta el momento es que el atacante de Viena tenía doble nacionalidad, de Macedonia del Norte y Austria, y había sido condenado en 2019 en su intento por viajar a Siria para unirse al Estado Islámico, y que su proceso de radicalización había durado alrededor de 1 año.
Quizá, esto ha sido posible gracias a las tecnologías de información ya que el candidato a terrorista puede aprender desde su hogar a través del acceso a ciertos sitios de internet y/o el contacto con personas en la red que lo introducen en el terrorismo.
- El lobo solitario es la tendencia en el terrorismo.
El terrorismo tradicionalmente era una actividad que se desarrollaba en grupo. Es decir, eran personas radicalizadas bajo un objetivo político en común y con algún tipo de organización que les permitía operar.
Sin embargo, esa era una actividad costosa para las organizaciones ya que había que reclutar nuevos miembros, mantenerlos, motivarlos y entrenarlos para que cometieran el acto. Hoy en día, con la flexibilización de las técnicas terroristas y de los métodos de enseñanza para la radicalización, también vino la flexibilización en la forma de organizarse.
Esto ha permitido el incremento de los llamados “lobos solitarios” y por ello sus ataques son mucho más frecuentes que los que llevan a cabo las organizaciones, además de que cada vez son mucho más efectivos en cuanto al número de personas que matan en cada acto. Los casos de Anders Breivik (2011) en Noruega o de Omar Mateen (2016) en Orlando lo comprueban.
La razón es que 1) el terrorismo se ha vuelto, en términos ideológicos, un fenómeno más flexible y eso permite que gente que antes no se sentía identificada hoy encuentre un espacio de coincidencia con las diversas ideas radicales y 2) la viralidad con la que se reproduce el acto terrorista puede ayudar a inspirar a otros a cometer actos similares aun a pesar de que no comulguen con esa ideología específica.
México no debe observar de forma lejana los ataques terroristas ocurridos en ciudades europeas o norteamericanas. En el País hay acciones terroristas de grupos e individuos como el ocurrido en contra de la Senadora Citlali Hernández de MORENA con el llamado “libro-bomba” en mayo de 2019. Por ello, poner mucho énfasis en 1) estar alerta a la simplicidad de las técnicas que utilizan los terroristas y 2) adelantarse y buscar al radical, que es el paso previo al terrorismo, ya que ahí esta la clave del futuro del terrorismo.
Francisco Franco Quintero Mármol. Es Maestro en Inteligencia y Seguridad, consultor en CIS Pensamiento Estratégico y catedrático.[/box]