El combate al trafico de armas como punta de lanza para la cooperación internacional en seguridad

El combate al trafico de armas como punta de lanza para la cooperación internacional en seguridad

El 28 de febrero pasado, el gobierno mexicano informó sobre una reunión de alto nivel para combatir el trafico de armas. La reunión con altos representantes de la Unión Europea es parte de una serie de consultas realizadas en los últimos 7 años para la firma de un convenio de colaboración con la agencia europea encargada de los asuntos de seguridad: la Oficina de la Policía Europea o Europol. Esta reunión es el primer guiño del actual gobierno mexicano a cooperar con la segunda institución internacional de mayor importancia en el planeta en asuntos de seguridad.

México es un actor de importancia internacional en lo que a seguridad se refiere. Las capacidades desarrolladas por las organizaciones criminales mexicanas para afectar la seguridad y tranquilidad de ciudadanos en los cinco continentes hace de nuestro país un actor indispensable para controlar más de una veintena de actividades criminales transnacionales que se inician, desarrollan o refuerzan en territorio mexicano.

La cooperación internacional es una de las herramientas clave para el control criminal y de su violencia; sin ella, y de cara a los procesos de globalización, es literalmente imposible enfrentar a los actores criminales. Hoy en día, difícilmente existe una organización criminal que no aproveche los beneficios de las nuevas tecnologías de comunicación y el transporte masivo de personas y mercancías, para establecer sus actividades en las naciones con menores capacidades de aplicar la ley o para expandir su presencia en localidades que generen mayores ganancias, aunque ello represente asumir mayores riesgos.

Desde carteristas hasta las grandes organizaciones se desplazan por el planeta aprovechando las reducidas capacidades y la pobre, por no decir inexistente, cooperación entre instituciones de seguridad y justicia de las naciones. De ahí la importancia de establecer esquemas de cooperación que permitan la coordinación y el trabajo conjunto entre naciones u organismos internacionales para atajar los retos y amenazas a la seguridad de sus ciudadanos.

Europol es una institución única en su tipo, nacida por la necesidad europea de cooperar en contra del terrorismo en los años setenta del siglo pasado, desde entonces, ha desarrollado competencias para apoyar y hacer trabajar en conjunto a sus miembros y sus instituciones, contando con conocimientos especializados y experiencia que le brinden la posibilidad de observar el panorama completo de los fenómenos criminales y terroristas internacionales.

El mandato de Europol se centra en cuatro funciones: 1) facilitar el intercambio seguro de información y datos; 2) producción de inteligencia; 3) coordinación de operaciones conjuntas y simultáneas; y 4) intercambio de experiencias y buenas prácticas. Esto lo realiza entre más de una centena de autoridades policiales, militares, de protección de fronteras y servicios de inteligencia de los ahora 27 Estados Miembro de la Unión Europea, 22 países no europeos, el sector privado y el social, sobre 30 tipos de delitos.

El tráfico de armas para México es un serio y añejo problema, y su combate se ha vuelto una prioridad gubernamental a partir de la idea de que es una de las formas de mayor eficiencia para disminuir la brutal violencia ejercida por las organizaciones criminales mexicanas. Este delito fue elegido por los altos mandos de seguridad mexicanos como el tema de inicio para retomar los frustrados intentos de una firma de convenio con Europol, pese a que se tiene identificado que el problema está relacionado con el laxo control a la venta y posesión de armas en los Estados Unidos de América, lugar de donde proviene alrededor del 70% de las armas que utilizan los criminales en México.

No hay duda que atajar el tráfico de armas será benéfico para el país, tanto el  gobierno, como el sector privado, los académicos y la sociedad civil lo han señalado. Esta idea se enfrenta a la realidad de que México carece de poder para modificar o influir de manera significativa y conforme a nuestras necesidades, las normas de nuestro vecino del norte.

Esta realidad hace que la idea de cooperar con la Unión Europea sea adecuada, en específico en el sentido de que ellos tienen las capacidades para dar acceso a las autoridades mexicanas a información, inteligencia y a coordinación en contra de las vastas redes de traficantes de armas que hacen negocios en el territorio europeo y en su sistema bancario.

La lucha contra el tráfico de armas puede ser el primer paso para después continuar con los delitos transnacionales que afectan seriamente a nuestro país: el trafico de personas; la explotación sexual, principalmente de menores; el fraude; el robo de identidad, la falsificación y contrabando de bienes y una serie de delitos internacionales de alta prioridad en otros países que en México son opacados por el narcotráfico y su violencia.

El tamaño y capacidades de las organizaciones mexicanas; así como el riesgo que implican para la seguridad internacional, se enfrentan a una realidad innegable. Durante 7 años, pese a ser un país prioritario para la Unión Europea en seguridad, no se ha llegado a un acuerdo para la firma de un convenio. El reto de la 4T será lograr lo que las administraciones anteriores no pudieron pese al impacto internacional de la criminalidad mexicana y la apertura de las instituciones nacionales a cooperar con otros países.

La amenaza de las organizaciones mexicanas dedicadas al tráfico de drogas y a la variedad de delitos en contra de las personas y su patrimonio poco prioritarias para el gobierno mexicano, continuará aumentando con el paso del tiempo. Al extender sus capacidades, será más complejo para las autoridades de seguridad y justicia mexicanas hacerles frente y paradójicamente también será más complicado encontrar espacios de cooperación internacional respetuosos de la soberanía nacional, que den confianza y certidumbre a los actores ante la penetración criminal en las esferas de la vida social, política y económica del país.

La firma de un convenio de colaboración con la Unión Europea en materia de seguridad daría a los esfuerzos de la 4T el espacio y la legitimidad necesaria para acabar de consolidarse y comenzar a funcionar conforme a las expectativas de aquellos que la impulsan. La cooperación es el resultado de dos asuntos que para México han estado en duda permanente: 1) confianza y 2) el profesionalismo y seriedad de las instituciones de seguridad y justicia nacionales.

El camino para la firma de un convenio para el gobierno de la 4T ha iniciado, por el bien del país esperemos sea exitoso en una misión en la que fracasaron los dos gobiernos anteriores. El avance que se pueda tener para la firma de un convenio prioritario para la Unión Europea, la seguridad internacional y la de los mexicanos dependerá de la fortaleza, seriedad y confianza que demuestre el nuevo diseño institucional impulsado por la 4T.

Agradezco los valiosos comentarios de Misael Barrera Suárez, especialista en seguridad e inteligencia. Síguelo en @MisaelBarreraS

Fernando Jimenez Sánchez es investigador CONACYT y de El Colegio de Jalisco. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores; Doctor en Análisis y Evaluación de procesos Políticos y Sociales por la Universidad Carlos III de Madrid, máster en Análisis y Prevención de Terrorismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Politólogo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Síguelo en @fjimsan