El rumbo que ha elegido el Gobierno de México con el diseño de su estrategia de seguridad tendrá 3 principales costos en este 2020.
- No alcanzará ningún objetivo concreto.
La estrategia, en términos amplios, la podríamos definir como el proceso que permite alcanzar los objetivos deseados a partir de la utilización racional de los medios con los que se dispone y por supuesto dentro de un plazo elegido. En otras palabras, la estrategia consiste en armonizar lo que quiero con lo que tengo y que esto me permita alcanzar una posición final mejor de la que hoy tengo.
Para hacer estrategia, entonces, primero necesitamos tener claro un objetivo que deseamos alcanzar. Pero para ello, lo más importante es que debemos poder identificar dónde termina ese objetivo. Si éste es muy vago en su definición, no podemos alcanzarlo o mucho menos saber si nos acercamos a cumplirlo o no. Esto es muy claro para cualquier estratega.
No obstante, la estrategia diseñada por el Gobierno de México tiene un error grave de diseño y es que justamente no tiene un objetivo definido y concreto. El presidente ha manifestado en varias ocasiones tanto en declaraciones como en documentos oficiales lo siguiente: 1) no más corrupción; 2) garantizar empleo, educación, salud y bienestar para que haya menos criminalidad; 3) no violación de derechos humanos en el uso de la fuerza; 4) no regresar a la llamada guerra contra el narcotráfico 5) emprender la construcción de la paz.
Lo anterior es útil como marco de referencia, pero es inútil para hacer estrategia. Esto es porque, saber lo que no se quiere es insuficiente para trazar una ruta, para lograrlo, es necesario saber lo que se quiere y dónde termina eso que deseamos. El presidente no ha fijado un rumbo a partir de un objetivo claro que sea alcanzable y concreto, por lo tanto, los estrategas dentro del gobierno mexicano se quedan sin guía para saber cómo llegar a esa meta deseada.
Una estrategia se diseña para transitar de una situación que se tiene en este momento, a una mejor esperada en el futuro. Sin embargo, tampoco la estrategia planteada por el gobierno nos permite avanzar de un punto X a uno Y dado que no hay un horizonte al cual apuntar.
Estrictamente, la única parte de la estrategia de seguridad del presidente que ha funcionado es la concerniente al combate a la migración ilegal en la frontera sur de México. La razón es simple: el presidente sabe de forma concreta lo que quiere con el tema migratorio y que es contener toda la migración ilegal aun con el uso de la fuerza. Un objetivo alcanzable y medible permite al estratega destinar la fuerza de la Guardia Nacional para cumplir el objetivo.
- Agotará rápidamente los recursos disponibles.
Como analizamos anteriormente, para desarrollar una estrategia es necesario utilizar racionalmente los recursos materiales y no materiales de los que se dispongan para alcanzar el objetivo deseado. En este caso, hay recursos humanos y materiales que podemos contabilizar como el dinero, el armamento, los vehículos, el número de efectivos. También hay otros recursos que no se pueden contabilizar pero que son muy importantes en el contexto del combate a la seguridad como la calidad del entrenamiento de los efectivos que participan, las alianzas estratégicas que se tienen, los liderazgos con que cuenta el personal en campo, etcétera.
Cuando no hay claridad en lo que se persigue, entonces tampoco se sabe cómo distribuir los recursos que se tienen. Es por ello que, los recursos suelen ser utilizados por el tomador de decisiones para perseguir cualquier cosa.
Todo y nada resulta relevante, urgente e importante dado que no hay prioridades establecidas. En este sentido, los primeros recursos en agotarse son los que se pueden contabilizar, principalmente el recurso humano que tiene que extender sus jornadas laborales y recibir más presiones para contener cualquier problema o interés particular que surja.
Sabemos de antemano que los equipos tecnológicos con el tiempo se vuelven obsoletos y con la sobre utilización su vida útil se reduce. Así mismo, el recurso humano con el tiempo se vuelve predecible y con la sobre utilización se vuelve débil. Al recurso financiero le pasa lo mismo ya que se agota con el tiempo y la sobre utilización.
Es cierto que la falta de claridad en los objetivos y la utilización intensiva e incoherente de los recursos no es exclusiva de este gobierno. Esto viene haciéndose desde el sexenio del presidente Calderón y continuó durante el gobierno del presidente Peña Nieto. El primero agotó los recursos humanos y materiales con la llamada “Guerra contra el Narcotráfico” que tampoco tenía claridad en los objetivos que se perseguían; el segundo también continuó con esta práctica. El peligro es que el presidente López Obrador mantenga esa misma línea de sus antecesores.
Evidentemente la excepción sigue siendo lo hecho por el Gobierno con el tema de la migración ilegal ya que se ha podido utilizar los recursos de forma más precisa. Estrictamente es un ejercicio de sumas y restas donde se determina el flujo migratorio ilegal diario y se adiciona la cantidad de migrantes esperados a partir de eventos atípicos como pueden ser las llamadas macro caravanas. De esta forma se calcula un número de recursos humanos, materiales y tecnológicos suficientes que logren la disuasión o en su caso la contención del fenómeno y los cuales se colocan en los lugares dónde se espera que el evento suceda.
El Gobierno de México, por lo tanto, debe reconocer que hay varias ventajas que se obtienen al utilizar correctamente los recursos disponibles dentro de una estrategia. Sobre todo, destacaríamos dos. En primer lugar, se administra el uso de los recursos en lugar de utilizarlos a todos para todo: unos serán entrenados y utilizados para ser utilizados como un mecanismo de disuasión, mientras que otros, serán empleados para coaccionar al adversario.
En segundo lugar, permite justificar claramente cómo un recurso se utiliza y no otro frente a una determinada situación. Existe un reclamo de la sociedad por la utilización de la Guardia Nacional para contener a migrantes ilegales, y no en lugares y situaciones de inseguridad alarmante como las que cruza México. Esto es totalmente justificado dado que a la gran mayoría de los ciudadanos les preocupa más que les roben o asalten que a ver un migrante ilegal en su calle.
- No permitirá la coordinación entre instancias involucradas.
Una de las lecciones más importantes que dejó la fallida “guerra contra el narcotráfico” del expresidente Calderón es que, al no haber claridad en los objetivos, entonces todos perseguían todo y finalmente eso se traducía en que no había incentivos para la cooperación ni mucho menos para la coordinación. Por el estilo de gobernar tan vertical del expresidente Calderón, las secretarías del gobierno durante esa administración entendían que la recompensa por una detención de algún criminal se traducía en más recursos y más confianza del presidente.
El presidente López Obrador debe evitar recorrer ese mismo camino ya que curiosamente ambos tienen una forma de tomar decisiones de gobierno muy parecida. Lo que los diferencia son el espectro político en el que están parados, pero el presidente es igual de vertical en su toma de decisiones y pareciera tener a sus preferidos para conducir su esfuerzo en materia de seguridad. Esto indudablemente termina afectando la coordinación en materia de seguridad por la falta de incentivos para trabajar en equipo, tal cual sucedió durante el sexenio del presidente Calderón.
La falta de estrategia se traduce en malos resultados y esto a su vez en mayores presiones para las instituciones involucradas. Lo que sigue es la desesperación que trae consigo afectaciones en la relación entre instituciones que consideran que el de enfrente de la mesa no hace lo suficiente. En realidad, no es culpa de las instituciones sino de quien no trazó la ruta clara de lo que debe alcanzar cada una.
El Gobierno de México está muy tiempo de corregir. Sin embargo, no debe perder de vista que no basta con ajustar la estrategia. Tiene que ir al fondo y replantear los objetivos. Es posible replicar los éxitos en la contención de migrantes ilegales y diseñar y aplicar un modelo que pueda funcionar para enfrentar otros fenómenos que viven los mexicanos todos los días y que importan más que el tema migratorio. Aunque queda claro que el cambio no será tan fácil de lograr mientras el estilo de tomar decisiones del presidente se mantenga.
Francisco Franco Quintero Mármol es Maestro en Inteligencia y Seguridad Internacional por el King´s College London, catedrático y conferencista en temas de inteligencia y seguridad y Director de CIS Pensamiento Estratégico.
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