De acuerdo a datos epidemiológicos, los virus se esparcen de un país a otro siguiendo un camino: 1) es transmitido a pequeños grupos de personas que han estado en contacto con otros individuos infectados en lugares donde el virus ya ha brotado; 2) el virus ahora se transmite al núcleo familiar una vez que estas personas contagiadas regresan a su país de residencia; 3), ese núcleo familiar retransmite la enfermedad a otros pequeños grupos de contacto (escuelas, trabajos, transporte pública, etcétera); 4) el virus ahora puede expandirse en el nuevo país de forma rápida e indiscriminada a partir de iniciar el ciclo nuevamente de interacciones: individuo → núcleo familiar → pequeños grupos de transmisión → individuo.
Las autoridades de salud mexicanas han hablado de 3 escenarios de dispersión del virus y las medidas que se tomarán en cada caso. El escenario 1 –que comprende los puntos 1) y 2) antes descritos— consiste en realizar estrategias de focalización para contener el virus; En el escenario 2 — punto 3) — se conforman brigadas de aislamiento por parte de la autoridad para contener lugares de infección con un radio más amplio de dispersión; finalmente en el escenario 3 — punto 4) — se realizan cierres masivos de eventos, escuelas, lugares públicos, etcétera para contener aún más la expansión del virus, que para este momento ya se habría convertido en una epidemia nacional.
México, de acuerdo con las autoridades, se ha mantenido en el escenario 1 desde el pasado 28 de febrero, aunque las autoridades estiman que en 50 días se podría llegar a un escenario 2. Ahora bien, es posible que la evolución del virus se salte el segundo escenario y eventualmente México aparezca con muchos casos de personas contagiadas, es decir, ya en un escenario 3 que según las autoridades podrían estimarse entre 600 mil y 1 millón 200 mil infectados.
Hay varios factores que permiten que un virus contagie aceleradamente a las personas. Sin embargo, desde el punto de vista de las labores de inteligencia sanitaria dos son muy importantes. El primero es la observación y cuidado que se tiene en los posibles puntos de entrada y dispersión del virus. El segundo consiste en tomar en cuenta el tiempo en el que el virus puede permanecer activo antes de atacar a un nuevo organismo vivo para su reproducción.
Frente a un virus fuerte y que puede vivir activo en el aire o adherido a una superficie como el COVID 19, la mejor estrategia para activar el ciclo de inteligencia debe ser entonces el fortalecer la vigilancia en los puntos de entrada y dispersión.
En México habrá que cuidar los siguientes lugares de entrada y dispersión del virus. El primer potencial escenario de riesgo son los aeropuertos nacionales. México cuenta con 77 aeropuertos que deberán ser observados, sin embargo, el esfuerzo de inteligencia debe estar concentrado en los que tienen un mayor tránsito y conexiones internacionales. En este caso el foco debe estar en los aeropuertos internacionales de: la CDMX, Cancún, Guadalajara, Monterrey y Tijuana. De hecho, es muy probable que en los próximos días se tengan a los primeros infectados en estas mismas ciudades dado el flujo de movilidad de nacionales y extranjeros, así como de mercancías dentro de estos aeropuertos.
El segundo potencial escenario de riesgo son los vuelos a México proveniente de aeropuertos que tienen una alta conectividad mundial. No debe importar el hecho de que en esos países no se tengan casos comprobados de COVID-19.
Los vuelos donde se debe centrar la atención son A) los provenientes de Latinoamérica: Ciudad de Panamá –que muy probablemente presentará el primer caso en la próxima semana — Lima y Bogotá donde ya se presentaron los primeros caso de coronavirus. B) Los que provienen de Europa, específicamente de Londres, París, Ámsterdam, Frankfurt, Estambul, Madrid, Barcelona, Múnich y por supuesto Roma. C) Los que provienen de aeropuertos de EEUU como Atlanta, Los Ángeles, Chicago, Houston y Nueva York, recordemos que ya son 32 ciudades infectadas con coronavirus en los EEUU. D) Finalmente también contemplar los que provienen de países que ya tienen casos de coronavirus y que no estén incluidos en esta lista.
El tercer potencial escenario de riesgo, son las ciudades que están en las dos rutas utilizadas por los migrantes en su paso a los Estados Unidos. Sin criminalizar la migración, las autoridades deben hacer un esfuerzo de activar el ciclo de inteligencia en esas ciudades dado que la movilidad de personas es el principal factor de dispersión y contagio del virus.
El cuarto potencial escenario de riesgo está en los puertos marítimos mexicanos. Debido a que el virus puede vivir en superficie por más de 8 horas, habrá que observar de forma muy puntual las actividades en los puertos principalmente del Pacífico como son los de Manzanillo, Lázaro Cárdenas y Ensenada. No obstante, los puertos de Veracruz y Altamira deberán recibir atención en términos de inteligencia.
El quinto potencial escenario de riesgo será lidiar con la incapacidad de articulación entre los 3 niveles de gobierno, así como la débil capacidad de respuesta de estados y municipios para atender los casos de contagios. El riesgo está medido en términos de la probabilidad de ocurrencia del evento por el impacto que tiene en el lugar dónde ocurre. Es decir, el coronavirus muy probablemente llegará a la gran mayoría de los estados, pero el problema es que no todos los gobiernos tendrán la misma capacidad para dar respuesta a los contagiados dada la infraestructura sanitaria que tienen. Esto hará que la dispersión territorial del coronavirus sea amplia y rápida en el territorio nacional y que el escenario 3 pueda llegar antes de lo esperado.
Hay una oportunidad muy grande para las áreas de inteligencia para hacer que el COVID-19 sea una emergencia sanitaria y no se convierta en una crisis política, económica y social muy importante. Como siempre, dependerá de activar el ciclo de inteligencia a tiempo para alimentar la toma de decisiones oportuna.
* Francisco Franco Quintero Mármol es Maestro en Inteligencia y Seguridad Internacional por el King´s College London, catedrático y conferencista en temas de inteligencia y seguridad y Director de CIS Pensamiento Estratégico.
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