Surgido al mismo tiempo que el Estado-Nación y fuertemente emparentado con la noción de Razón de Estado, el concepto de Interés Nacional es el fundamento de la Escuela Realista de las relaciones internacionales.
A diferencia de la Corriente Idealista, que trata de proyectar valores en la política internacional, los realistas dejan aparte la moral y se concentran pragmáticamente en promover y defender los intereses puntuales de cada nación. No buscan lo que debe ser sino lo que les es más útil.
Precisiones conceptuales
El concepto de Intereses Nacionales frecuentemente se confunde con el de Objetivos Nacionales. Es un error porque estos son casi siempre ideales, principistas y permanentes. Por el contrario, los Intereses Nacionales son concretos, moralmente neutros y coyunturales.
Sin embargo, los países mantienen políticas exteriores con combinaciones diversas de valores e intereses. Estos siempre buscan ser vistos como legítimos, es decir, como apegados a los preceptos éticos y legales. No quieren verse egoístas, ventajosos o convenencieros, que todo lo hacen considerando sólo su provecho.
Incluso se ha dejado atrás el cinismo (“Estados Unidos no tiene amigos; tiene intereses”) y ahora lo más común es que los países utilicen los valores para empujar sus intereses. Es así que ese país combina ahora su elevada cruzada por la vigencia de los derechos humanos y la democracia en el mundo con la disputa por hacer prevalecer sus más terrenales intereses comerciales.
En nuestro caso, la aspiración sería que los Intereses Nacionales que persigamos sean una proyección en la arena internacional de los valores que tradicionalmente nos han caracterizado y, que a su vez, los intereses de otras naciones con las que interactuamos no fueran opuestos a esos valores y de ser posible favorecieran su realización.
Otro señalamiento que debe hacerse es la diferencia entre las Políticas Públicas y los Intereses Nacionales. Las primeras son un conjunto ordenado y programado de acciones que lleva a cabo un gobierno, mayormente dentro de su territorio y controlando las condiciones de su realización, para alcanzar sus Objetivos Nacionales.
En cambio los Intereses Nacionales son deseos o aspiraciones que para materializarse requieren, además de la participación del gobierno, de la de otros países y agentes. Son situaciones que queremos que pasen o que no pasen en el resto del mundo pero que, por depender de la voluntad de otras naciones o actores, tenemos una limitada capacidad para hacer posibles.
Esto no significa que deban considerarse separadamente. Al contrario, deben de estar en relación. Por ejemplo, México impulsa la política de proteger a los mexicanos en el exterior y por ello, sostiene el interés de que en Estados Unidos se concrete una política migratoria flexible que permita tanto la internación como la residencia legal de nuestros connacionales. México articula esa política por medio de la diplomacia, el cabildeo y la comunicación, pero no tiene la certeza de que ese interés se sustanciará.
Tipos de Intereses
En nuestros días los Intereses Nacionales son principalmente Militares, Políticos y Económicos.
Los Intereses Militares son, por una parte, la organización y operación de fuerzas disuasivas superiores en armamento y movilidad a la de sus posibles agresores. Por la otra, la preservación de las fronteras y la protección de activos estratégicos vulnerables a un ataque.
Los Intereses Políticos se dirigen al predominio sobre otras naciones mediante la instauración y conservación de esferas de influencia, como la Francophonie y la Anglosphere en las excolonias francesas y británicas y la Monroe Doctrine y su sucesora, la Hemispheric Defence (para Estados Unidos, respecto a América Latina). De igual forma se orientan a la concertación de alianzas de largo aliento, como el Pacto de Varsovia y la Alianza Atlántica. Por el otro lado, a todas las naciones les interesa ampliar sus márgenes de autonomía e independencia y conseguir mayor peso relativo dentro de los asuntos internacionales.
Los Intereses Económicos son sobre todo la posesión o acceso a los recursos naturales (petróleo, minerales, agua), a materias primas imprescindibles y a alimentos suficientes, así como la lucha por la atracción de inversiones, la competencia por el mercado para sus productos y el control o libre tráfico de las rutas comerciales.
Dinámica de los Intereses
La defensa y promoción de los Intereses Nacionales casi siempre producen un choque entre los países: yo ambiciono algo que el otro no quiere que yo tenga; él otro tiene algo que yo deseo y que él no me quiere dar.
Generalmente esa confrontación no se resuelve por la imposición total del fuerte sobre el débil, sino en un equilibrio, precario o duradero, conseguido a través de presiones políticas y negociaciones diplomáticas que tienen en mente las consecuencias de largo plazo. Sólo así se llegan a encontrar intereses mutuos y eventualmente generales.
El avance del derecho internacional y la incipiente democratización de las relaciones internacionales, han propiciado que muchos países dejen de tener intereses inconfesables que necesariamente debían ocultar (como el colonialismo).
De hecho se han creado mecanismos pragmáticos, como el que sin ningún rubor, establecieron las principales economías del mundo para acordar sus intereses financieros, energéticos y comerciales (The Eight Group).
En paralelo, en el seno de las organizaciones internacionales se debaten cada vez más abiertamente los intereses de cada quien, creando condiciones para superar con mejor pronóstico las diferencias y conflictos.
Esa apertura permite también encontrar mayores coincidencias e intereses comunes (como frenar el calentamiento global) o ampliamente compartidos (como el libre comercio), que incluso permiten ser codificados en instrumentos jurídicos (como el Derecho del Mar).
Consecuencia de ello es que los intereses generales se van desagregando en intereses más delimitados y rigurosos, con mejor oportunidad de manejarse y alcanzarse. A esos intereses concretos, para diferenciarlos de los grandes intereses, se les ha llamado Pretensiones.
Por ejemplo, en México tenemos interés de diversificar el destino de nuestras exportaciones y por ello manifestamos la pretensión de ingresar al Acuerdo Transpacífico.
Hacía una Agenda de Intereses
Para enfocar claramente la política internacional de los países siempre ha habido una agenda de intereses soterrada. Hoy en día se acepta que las naciones persigan los intereses que les beneficien siempre y cuando lo hagan en el marco de reglas generales de conducta civilizada.
Por ello, son ya varios los países que con mayor o menor precisión, han publicado su Agenda de Intereses y Pretensiones. El Departamento de Estado de Estados Unidos, por ejemplo, publica periódicamente un listado de sus intereses.
Tiene todo el sentido que esas agendas se asocien también a las Agendas de Riesgos a la Seguridad Nacional que preparan los órganos de inteligencia. Sirve para que se aprecien con gran claridad la viabilidad de los intereses y la magnitud de los riesgos.