De acuerdo con nuestras estimaciones, estas serían algunas hipótesis que explicarían el retiro de los cargos en contra del General Cienfuegos y su regreso a México.
- El presidente Trump y el Departamento de Justicia de los Estados Unidos no buscaban justicia, sino levantar las preferencias electorales a su favor. El cálculo que hicieron es que era posible capitalizar la detención desde un punto de vista electoral para el presidente Trump. La estrategia era simple: hacer ver a México como un estado criminalizado y a su ejército (su máxima expresión de defensa) como parte de ello y por lo cual era necesario que el presidente norteamericano y sus políticas continuaran, así mismo, con la detención del General su presidencia mostraba fuerza frente a sus electores y desviaba la atención de los asuntos internos como el manejo de la pandemia, las protestas raciales en las calles, etcétera.
- El General Cienfuegos, más que un detenido de la justicia norteamericana, era un instrumento para negociar beneficios futuros para la administración del presidente Trump. Las autoridades norteamericanas habrían calculado que la detención del General era justificable solo temporalmente dado que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos no tenía pruebas suficientes, por ello, había dos salidas posibles que les aseguraban un ganar-ganar. Primera salida, sí el presidente Trump ganaba la reelección, podría haber negociado nuevos acuerdos de cooperación bilateral donde México tendría que ceder una mayor intervención en las instancias de inteligencia y seguridad civiles y militares dado que no eran confiables para el gobierno norteamericano y quizás a cambio de ese acceso ofrecerían regresar al General Cienfuegos para que fuera procesado en México. Segunda salida, sí Trump perdía la elección, el General Cienfuegos se convertía en el “dardo envenenado” para la administración de Biden porque sería esta quien tendría que pagar las consecuencias diplomáticas con México en caso de que quedara libre durante el desarrollo del juicio. Por ello, el General podría ser negociado con la nueva administración para que el virtual presidente electo generara puentes con el gobierno del presidente López Obrador y se sanara el desagravio que generó su captura, a cambio, al presidente Trump le podrían perdonar algunas investigaciones en su contra.
- La detención del General era un pretexto para implementar una operación de inteligencia propagandística en contra de la SEDENA. La DEA conoce el beneficio de llevar a cabo estas operaciones de propaganda en México. En febrero de 1985 el Cartel de Guadalajara asesina al agente Enrique Camarena en México y este evento ayudó mucho a la DEA para mejorar y justificar sus actividades en el País en el largo plazo, por ejemplo: 1) tener acceso al más alto nivel dentro de las instancias de seguridad e inteligencia mexicanas ya que “certificaban” en Estados Unidos a los tomadores de decisiones del combate a las drogas; 2) expandir sus oficinas, ya que instalaron oficinas y agentes de la DEA dentro de algunas instancias mexicanas lo que les permitía salir del control y observación que tenían por parte de la embajada norteamericana en México; 3) influir con cursos de capacitación para generar una masa crítica que esté de acuerdo con el modelo norteamericano de combate a las drogas que consiste en la “estrategia de descabezamiento de líderes”, “erradicación de cultivos”, entre otros, y 4) quitar del marco institucional mexicano a la Dirección Federal de Seguridad (DFS), que fue disuelta a finales de 1985, dado su involucramiento en el asesinato de Camarena y la desconfianza que les generaba.
Por lo tanto, con la detención del General Cienfuegos, la propaganda se activaría para desprestigiar en esta ocasión al Ejercito Mexicano. La idea era debilitarlo internamente, generar dudas entre la población civil de la honestidad y disciplina castrense, alimentar a la prensa mexicana con rumores añejos y falsa información y quizá en última instancia darle más motivos al presidente Lopez Obrador para deshacer a las fuerzas armadas. Sí esta forma de operar ya les había funcionado con la DFS, probablemente pudieran tener éxito para darle un golpe mortal al ejército mexicano. Lo peligroso fue que el presidente Lopez Obrador se compró en un primer momento esta propaganda de la DEA ya que posterior a la detención del General había señalado, sin que hubiera juicio de por medio, que era culpable.
En una operación de inteligencia, donde se utiliza la propaganda para lograr que el adversario actúe de una determinada manera, es necesario seguir alimentando el evento con más información que confunda a la población objetivo. De hecho, observamos que cuando la información sobre el juicio contra el General bajaba de intensidad en los medios de comunicación mexicanos, aparecía orgánicamente y a través de cadenas de WhatsApp nueva información falsa pero que alimentaban el imaginario colectivo. Por ejemplo, que el General se iba a declarar culpable, que vendrían otras detenciones de militares por parte de autoridades norteamericanas, que México amenazó con la expulsión de agentes de la DEA, que se sentían ofendidos porque no se le enjuició o la más reciente que existe una “cofradía que dobló a la DEA”.
Si bien no tuvieron éxito en generar una masa crítica lo suficientemente fuerte para poner en riesgo la existencia de la SEDENA, si obtuvieron ganancias ya que sembraron la duda y se generaron numerosos comentarios en redes sociales y artículos en medios de comunicación en contra de la SEDENA y del General. Fue desafortunado como se alimentaron los rumores solo porque una autoridad extranjera lo dijo, aunque no presentó pruebas claras.
- No iba a haber juicio en contra del General Cienfuegos. Si el General se hubiera enfrentado a juicio y lo ganara, habría sido contraproducente para el Departamento de Justicia y las operaciones y sistemas de escuchas de la DEA en México, además quedaría en entredicho hasta el propio juicio del narcotraficante Joaquin Guzmán o el del ex Secretario Genero García Luna. Por ello, no sería raro que las comparecencias del General fueran pospuestas a propósito en dos ocasiones quizá hasta que el presidente Trump tuviera más claridad sobre su futuro político dentro de la Casa Blanca.
- Había una intención por evidenciar al sistema de inteligencia y contrainteligencia mexicano. Evidentemente la contrainteligencia mexicana falló en un primer momento al no detectar las intenciones de la DEA en el País, aunque después afortunadamente corrigió. La evidencia es clara: el no tener suficientes capacidades de contrainteligencia ocasiona que las agencias norteamericana puedan operar libremente en México, pero lo más grave es que pueden ocasionar fuertes enfrentamientos diplomáticos. Sin embargo, parece que los mecanismos de inteligencia y contrainteligencia funcionaron una vez que el General Cienfuegos fue detenido dado que lograron advertir al presidente López Obrador de las intenciones de la DEA y del gobierno norteamericano. De esta forma lograron, aunque de forma tardía, hacer una defensa diplomática de intereses mexicanos que es la SEDENA. La defensa no es a favor del General Cienfuegos, si es culpable o inocente eso será asunto de un juez, sino defender por la vía diplomática a una institución de Estado.
Recomendación estratégica. La mejor salida para el gobierno norteamericano y el gobierno mexicano fue poner al “elefante en la sala” dentro de la Fiscalía General de la República. Totalmente hay una intención de los gobiernos para expiar culpas y darle el paquete a alguien más. Sin embargo, habrá que tener la cabeza fría para no perder de vista que aceptar las presiones de países extranjeros para influir en temas nacionales, pone en riesgo las relaciones civiles-militares en tiempos, de por sí, delicados para la política mexicana producto del proceso electoral que se avecina.
Francisco Franco Quintero Mármol. Es Maestro en Inteligencia y Seguridad, consultor en CIS Pensamiento Estratégico y catedrático.[/box]