Y después de Ayotzinapa ¿qué sigue?

Y después de Ayotzinapa ¿qué sigue?

Una vez que las autoridades confirmen el paradero o muerte de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, que podría ser en los próximos días o semanas, en un intento por revertir la imagen negativa generada por el Estado en las últimas semanas, la pregunta que la opinión pública se hará es: ¿y ahora qué sigue? Guerrero es un estado que más allá de lo real o dudoso de las estadísticas tuvo entre enero y octubre de este año mil 700 homicidios (culposos y dolosos), 6.23 por día, 32.42 homicidios (dolosos) por cada 100 mil habitantes muy cerca de cifras como las de Guatemala (38,5), país considerado uno de los de más violentos del continente, por hacer un referente cercano. El caso de los normalistas, secuestrados en condiciones aún muy confusas pese a las explicaciones, hizo lo que no pudo ninguna de los organizaciones irregulares que operan desde hace lustros en la entidad (las ideológicas o del crimen organizado), destituir en menos de 30 días al ahora huérfano político, el ex gobernador Angel Aguirre, y poner en la mira al alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, vinculados con grupos delictivos. Los trágicos sucesos, que no pueden minimizarse, develaron al mismo tiempo hechos que ya eran voz popular en la entidad como los asesinatos y las fosas clandestinas, y pusieron en primer plano de la agenda una impunidad que desde hace años las autoridades locales alientan con vínculos con grupos delictivos y las federales con su silencio de “dejar hacer y dejar pasar”. La respuesta oficial, al mismo tiempo, da pretexto para...