Hacia la construcción de un modelo para el diseño de políticas públicas en materia de seguridad humana. (1)

Hacia la construcción de un modelo para el diseño de políticas públicas en materia de seguridad humana. (1)

(1) Resumen de la ponencia presentada en el Foro La Seguridad Humana como pilar del Desarrollo Social en México. Organizado por la Comisión de Desarrollo Social de la LXII Legislatura de la Cámara de Diputados, el 24 de abril del 2014 La seguridad humana es un concepto relativamente nuevo y de grandes aplicaciones para México. Hoy todavía son pocos los lugares en el país donde se discuten sus contenidos y por ello siempre serán muy productivas las iniciativas para profundizar en el tema. Por el contexto de inseguridad que vivimos en el país, el concepto de seguridad se ha centrado en los planteamientos de la seguridad nacional y la seguridad pública. De igual forma el grueso de las investigaciones académicas también han girado en el mismo sentido. Sin embargo los nuevos desafíos que enfrenta México (grupos criminales organizados, zonas del territorio controladas por mafias, vulnerabilidades climáticas, Michoacán y Tamaulipas, etcétera), hacen evidente la necesidad de avanzar sobre otras dimensiones de seguridad que permitirían desarrollar mejores soluciones y sobre todo proteger a los individuos. Para México, el gran reto sigue siendo el aterrizar los conceptos y dimensiones de las seguridad humana en políticas públicas coherentes y útiles para los individuos y comunidades.  Por ello el primer paso sería entender el concepto y conocer el contexto mediante el cual apareció. El concepto de seguridad humana nació formalmente en el Informe sobre Desarrollo Humano de 1994 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), debido a la necesidad de construir modelos nuevos y más amplios que pudieran velar por la seguridad de las personas. Unos años antes “la guerra fría” había terminado...
Seguridad Nacional: apuntes para un diagnóstico

Seguridad Nacional: apuntes para un diagnóstico

Vivimos una crisis de Seguridad Nacional en dos aspectos:    la seguridad de la Nación viene deteriorándose rápidamente  y la respuesta a esa realidad no ha sido el fortalecimiento del establecimiento de la Seguridad Nacional.   Crece el problema y no tenemos con que enfrentarlo. Inútil resulta decir qué fue primero:   ¿creció el problema por la desatención institucional o se quedó chiquito el aparato por la magnitud de la avería?    Lo real es que ambos requieren de perentoria respuesta. Seguridad Nacional menoscabada La delincuencia organizada no es la única amenaza a la seguridad de México,  sus habitantes y sus instituciones.  También lo es la creciente ingobernabilidad,  manifestada en la brecha cada día más extensa  entre la abundante demanda social,  la pobre oferta gubernamental  y la disminución de los mecanismos para articularlas. Ninguno de esos fenómenos se explicaría sin considerar la progresiva vulnerabilidad del Estado en su parte social y en su parte institucional. Mientras la vida comunitaria se debilita y  el crimen se organiza,   el gobierno  se desestructura y se paraliza.   Apenas responde a la coyuntura y no alcanza a plantearse salidas de fondo, sustantivas. Ruptura del tejido social Los lazos sociales se van rompiendo por el ascenso de una cultura individualista y materialista,  que favorece al consumo y el entretenimiento por encima de la responsabilidad y la solidaridad. Sólo así se explica que haya podido persistir una exasperante desigualdad,   una marginación ofensiva y una indignante discriminación de los mexicanos más pobres. En las zonas rurales, sobre todo en las montañosas o desérticas,  subsiste apenas una población con mínima actividad económica,  insuficientes servicios sociales y prácticamente ningún gobierno.  Nada  extraño resulta...