Michoacán y la lectura errónea del presidente sobre el conflicto.

En últimas fechas, el Estado de Michoacán ha estado bajo una tensión de alto nivel debido a la guerra que libran cárteles Unidos y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Michoacán y en específico la zona de tierra caliente es de vital importancia para dichos grupos pues son clave para el trasiego, producción y recepción de activos para la producción de narcóticos sintéticos. Sobre todo, el centro de gravedad de esa lucha se encuentra en el control del puerto de Lázaro Cárdenas y por supuesto en los caminos que conectan hacia los principales puntos de producción, distribución y venta de drogas sintéticas. El momento beligerante es claro, existen dos grupos antagonistas en este conflicto y quienes buscan el control del territorio para poder continuar con sus actividades económicas. Sumado a esto, la poca acción por parte del gobierno tanto estatal como federal, para mitigar la acción bélica de los grupos en conflicto pone en un grave riesgo a la población que se encuentra en medio del conflicto. Es importante destacar que nos encontramos en un escenario totalmente irregular, con técnicas y tácticas empleadas en la guerra o combate sucio. Este escenario se complica producto del otro ingrediente peligroso que son los grupos de autodefensas, los cuales, han sido cooptados por los grupos delictivos locales para poder combatir a los efectivos provenientes de Jalisco. En este frente, hemos sido testigos de combates en los cuales se han utilizados enseres dispuestos para una guerra frontal. Adicionalmente, se observan tres problemas claves que deberían ser abordados por el gobierno y las instancias de seguridad e inteligencia: El adoctrinamiento de los miembros...
El dilema de la 4T en la construcción de instituciones de seguridad

El dilema de la 4T en la construcción de instituciones de seguridad

La reforma policial en México continúa esperando tiempos mejores. Pese al impulso de la 4T para instaurar un nuevo modelo de policía basado en inteligencia y de las reflexiones a nivel internacional sobre el uso de la fuerza y la función de los policías, principalmente a raíz del homicidio del afroamericano George Floyd en Estados Unidos, todo indica que poco se avanzará en la construcción de las instituciones policiales que necesita el país. La realidad mexicana en seguridad se puede establecer en dos grandes retos: el primero es el de la delincuencia común y el segundo la criminalidad organizada, local, nacional o transnacional y violenta. Estos dos, por más intersecciones que presenten y su nada despreciable mutua alimentación, se comportan y tienen capacidades muy diferentes para dañar a las personas y sus bienes; utilizar la violencia; penetrar el sector político, social y económico; y expandirse territorialmente. Para las instituciones del Estado, estos dos retos implican el desarrollo de una amplia variedad de estrategias y acciones encaminadas a enfrentar los múltiples y extensos factores que crean, facilitan e incentivan la violación de la ley. Estas estrategias, tanto preventivas como reactivas; basadas en buenas prácticas y evidencia; ya sean civiles o militares; con participación de la sociedad civil, financiamiento del sector privado y agencias internacional o sin ellos, crean un espectro variado de acciones gubernamentales, en los tres niveles de gobierno, generalmente inconexas, temporales y en competencia. El establecimiento de un modelo nacional de policía parece ser la propuesta de la 4T para ordenar y estructurar la respuesta estatal hacia la criminalidad. Este esfuerzo, posiblemente sexenal, podría llegar a ayudar a...