Cada inicio de año viene cargado de un interés por saber cómo se desenvolverán los días y meses venideros. Si bien hacer inteligencia no te da una bola de cristal sobre el mañana, si te permite estimar un futuro a partir de la interpretación de los datos y la información disponible hoy. Como cada año, CIS Pensamiento Estratégico pública su análisis a partir del cálculo de las acciones de actores estatales y no estatales con poder de influir en la escena nacional e internacional.

2018 estará influido, mas no determinado, por la consecuencia de la toma de decisiones que se vayan dando a lo largo del año,  pero también sobre eventos de 2017 y de años anteriores.

AGENDA INTERNACIONAL

La amenaza nuclear.

En 1945 había solo una potencia nuclear que eran los Estados Unidos. Para 2017 había un total de 9 países nucleares y, probablemente, este año podría resultar clave para la consolidación del poder nuclear de Irán. Esta potencia Chiita ha buscado durante décadas lograr la fisión de los átomos de uranio o plutonio para desarrollar un arma nuclear por encima de los 100 kilotones de rendimiento. De lograrlo, habría una serie de consecuencias: 1) tendríamos 10 potencias nucleares en el mundo lo que demostraría el fracaso de la comunidad internacional liderada por los Estados Unidos, para evitar la proliferación de estas armas desde 1945; 2) Israel tendría un rival nuclear en la zona; 3) los países mayoritariamente sunníes, específicamente Arabia Saudita, tendrían también un rival nuclear; 4) las condiciones para negociar con Irán por el estratégico Estrecho de Ormuz, en el Golfo de Omán, tendrían que cambiar drásticamente por su nueva condición y sus posibilidades de utilizar las armas como forma de disuasión para temas del paso de petróleo. Recordemos que sigue vigente la idea de Irán de que si él no puede vender su petróleo entonces ninguno de sus vecinos podrá. Todo ello tendría consecuencia el inmediato encarecimiento del costo por barril situación que ya no es necesariamente benéfico para México. Así mismo, la presión de un Irán nuclear puede tener consecuencias sobre los intereses geopolíticos de China, Rusia y Estados Unidos por el comercio internacional marítimo sobre todo en la consecuente movilidad de productos y su potencial sabotaje en lugares como el mar de China meridional, el Estrecho de Malaca, el Canal de Suez y el Canal de Panamá. Esto también encarecería productos y presionaría aún más en este 2018 a otros temas de la agenda internacional, principalmente, los relacionados con cooperación,  paz, seguridad y gobernabilidad.

El otro problema nuclear en 2018 lo proponen los Estados Unidos y Corea del Norte. El país asiático ya tiene capacidad nuclear y si bien se considera que es pequeña en cantidad y con un poder destructivo menor al que pudiera tener India o Pakistán, no dejan de ser armas nucleares. El régimen de Kim Jong-Un ha tenido un gran objetivo de política exterior que es lograr la capacidad nuclear debido a la percepción de la amenaza que tienen tanto de potencias regionales como de los norteamericanos. El famoso dilema de seguridad. Sin embargo el régimen tiene al mismo tiempo un reto muy difícil que es reducir los niveles de pobreza de los norcoreanos y que esto impide, en cierta medida, que el régimen se lance a un conflicto de escala mayor, aun a pesar de tener las armas nucleares. No obstante si el tono del discurso sigue escalando entre el mandatario norcoreano y el norteamericano, probablemente las tensiones puedan llegar a un punto de no retorno sobre todo con unas primeras afectaciones directas sobre intereses norteamericanos en Asia, como pueden ser Corea del Sur y Japón.

El terrorismo y la presión política

El terrorismo, por su parte, también continuará en la escena. Dos eventos en el mundo occidental que se darán en el año hacen propicios que tanto organizaciones como los llamados lobos solitarios busquen hacerse presente generando terror. El primer evento es el mundial de futbol de Rusia 2018 que atrae turismo y atención mediática. El mundial resulta un escenario ideal para ser aprovechado por grupos con capacidad internacional, como el Estado Islámico o fundamentalistas separatistas chechenos que ya han mostrado su poder dentro de la propia Moscú. En el ámbito del combate al terrorismo la superioridad tecnológica no siempre es efectiva, por lo cual el Gobierno Ruso tendrá que ingeniárselas para evitar posibles atentados. A diferencia de lo sucedido en Sochi en los juegos de invierno  de 2014 donde no ocurrieron incidentes terroristas debido a que, entre otras cosas, el evento se desarrolló en sólo dos sitios. Ahora el mundial representa un reto mayor ya que tendrá lugar en 11 ciudades  y, por supuesto, otros muchos lugares dentro del territorio ruso donde el terrorista puede intentar atacar. Recordemos que el terrorista no ataca donde el oponente es más fuerte, sino en sitios que 1) tengan un valor simbólico para la población objetivo (capitales, ciudades importantes, etc.) y 2) donde considere que tendrá mayor posibilidad de éxito tanto en victimas como en atención mediática (bares, restaurantes, centros de reunión, etc.).

El segundo evento es probable que suceda y tiene que ver con una mayor pérdida de control territorial por parte del Estado Islámico (EI). Si esto sucede, el EI buscará concentrar fuerzas en Irak y probablemente intensificará su ofensiva a nivel internacional siendo Europa el teatro de operaciones más atractivo. Sobre todo si esto coincide con el verano europeo, entre junio y agosto, las probabilidades de ataques terroristas aumentarían ya que el verano tradicionalmente atrae a millones de turistas de distintas partes del mundo.

Siguiendo con el tema de terrorismo, ha sido evidente desde hace muchos años que los Estados Unidos consideran vulnerable a México en materia de terrorismo. A los norteamericanos les preocupa tanto la posibilidad de que se ataquen intereses norteamericanos desde México como la posibilidad de una relación carteles de la droga-terroristas internacionales. Como mencionábamos esto no es nuevo y, si bien es una posibilidad, la realidad es que este tema ha estado cargado de mucha propaganda y desinformación por parte de sectores norteamericanos que tienen intereses de influir en la agenda nacional. ¿Hay riesgo de que esto suceda en 2018? Consideramos que no por las siguientes razones: 1) Los carteles de la droga mexicanos son altamente infiltrables lo que los hace poco confiables para organizaciones terroristas. 2) Las organizaciones criminales no quieren verse inmiscuidas con organizaciones terroristas, si bien son extremadamente violentos también son racionales y han aprendido de lecciones anteriores del costo de estas relaciones. 3) Existen tres tipos de relaciones entre organizaciones criminales y organizaciones terroristas y solo pueden suceder si existen las intenciones de cooperar cosa que no observamos en este 2018 a partir del análisis de las distintas organizaciones que operan en México. 4) México es un país más vigilado por los norteamericanos que Canadá, por lo cual se hace más complejo operar en la clandestinidad en la frontera sur que en la norte de los Estados Unidos. 5) Quien revivió este tema fue Jeff Sessiones, procurador de los Estados Unidos, que a principios de enero hablaba de la creación de un grupo antiterrorista para combatir mundialmente a Hezbolá,  coordinado por la DEA (que depende de del Departamento de Justicia al igual que el FBI) y Homeland Security. Este último  vigila la seguridad interior realizando actividades de inteligencia en las fronteras y puntos de entrada a territorio norteamericana a través del ICE (Inmigration and Customs Enforcement) y de la Guardia Costera. No obstante si su lucha fuera realmente mundial, entonces tendría que haber involucrado a la CIA y/o al Departamento de Estado y/o al Director Nacional de Inteligencia, al no hacerlo probablemente está evaluando  la amenaza como interna y eso, si bien tiene implicaciones, realmente es parte de su política interna cotidiana por lo que no ameritará mayor atención este 2018 considerando también que Hezbolá sigue con sus intenciones y capacidades puestas en atacar Israel en la frontera que comparten y no en otros teatros de operaciones.

AGENDA NACIONAL

La incertidumbre de la elección electoral de julio 2018

Este 1 de julio presenta un gran reto porque se elige en México, a nivel federal, presidente y 628 congresistas y, a nivel estatal, 8 gobernadores, 972 diputados locales y 1596 presidentes municipales. Siempre las elecciones electorales en países que no tienen un sistema democrático fortalecido pueden generar un riesgo en seguridad ya que los conflictos electorales y post electorales ocasionan polarizaciones sociales que pueden desencadenar en violencia. Podríamos sostener que México tiene un sistema electoral independiente, competitivo, construido a partir de la prueba y el error que le ha permitido madurar, además de que el Instituto Nacional Electoral (INE) cuenta con un sistema de seguridad que buscará minimizar los potenciales riesgos y amenazas que se den durante el curso de la elección. Sin embargo la realidad es que no hay sistema de seguridad infalible y lo preocupante es que este año, ese sistema que no es perfecto, recibirá la mayor presión en su historia producto de la gran competencia electoral del 1 de julio. Desde nuestra perspectiva, el INE tendrá que controlar tres posibles turbulencias en el transcurso del proceso electoral que podrían ocasionar un riesgo a su sistema y conducirlo a un conflicto postelectoral de consecuencias considerables para la seguridad interna. La primera turbulencia es la corrupción que puede generar que los sistemas se vuelvan lentos, inoperables, discrecionales, tolerantes y hasta inservibles frente a la presión de la elección. La segunda turbulencia es la provocada por un ataque sorpresa estratégico cuya fuerza podría llegar a colapsar el sistema de seguridad. Hay muchos actores estatales y no estatales en el ámbito nacional e internacional con capacidades para generar un ataque sobre el sistema electoral sobre todo desde un frente cibernético. El Comité de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano publicaba hace unos días un reporte sobre la estrategia rusa de influir en procesos electorales extranjeros. El reto entonces será tratar de identificar si existe realmente esta intención  de estos actores para hacer daño y la probabilidad de que tengan éxito o si es simplemente propaganda de los norteamericanos. No obstante hay que reconocer que las defensas cibernéticas que tenemos en México son limitadas, por lo cual la vulnerabilidad es muy alta. El golpe, por menor que este sea, a un organismo desprevenido siempre tendrá mayor impacto que sobre uno que se encuentra prevenido y preparado para la presión recibida. La tercera turbulencia es la que se origina por la falta de capacidades humanas, de tecnología, de procesos, de ley, de sinergia y de información (inteligencia y contrainteligencia) que son necesarias en todo sistema de seguridad tanto para los operadores como para los responsables del sistema. Más allá de la capacidad técnica en organizar elecciones y que sabemos que el Instituto las tiene, el INE debe tener capacidades de seguridad para resistir la presión (en términos de intensidad y volumen) de los riesgos y las amenazas que se esperan. Si el INE no contempla escenarios para contener y/o evitar este tipo de turbulencias los riesgos en materia de seguridad en México pueden ser muy altos ya que las polarizaciones generadas por un resultado electoral no aceptado por los perdederos puede desencadenar escenarios sociales violentos en lugares de la CDMX, Chiapas, Estado de Mexico, Guerrero, Oaxaca, Jalisco y Nuevo León que han mostrado capacidad de movilización social importante. Además también pueden generar más presión a los escenarios ya negativos de la economía mexicana sobre todo en términos de la inflación, los precios a la canasta básica, a los combustibles y por supuesto para las negociaciones del TLCAN.

Sobre el TLCAN, estimamos que éste no se terminará ya que al aprobarse la reforma fiscal la fuerza de la amenaza de Trump sobre los empresarios se terminó y estos ahora no tienen nada que perder para presionar a la Casa Blanca para que el Tratado no se termine. El riesgo esta entonces, sobre el tipo de concesiones que tendrá que hacer el Gobierno de México. En primer lugar no quieren que el Tratado se termine por que lo que está en juego es la contienda electoral; y en segundo lugar su poder de negociación política tanto con empresarios como con el gobierno norteamericano se extingue con el avance del año. Más aún si el PRI no logra posicionarse en un segundo lugar dentro de la preferencia electoral para mediados de marzo.

Los inevitables reacomodos en el sistema de seguridad pública

El año pasado fue uno de los más violentos en México desde hace 20 años, según el diario The New York Times. En este sentido, podríamos esperar que en este año continúen los dos tipos de enfrentamientos que tenemos en México, el que se da entre bandas criminales y el que se da entre el gobierno en contra de las bandas criminales en varias partes de la república mexicana. Es decir, no veremos una disminución de la violencia si no, altamente probable, un recrudecimiento. La razón de este incremento de la violencia no es por que  el Gobierno continuará con su lucha contra los criminales, sino por que en este año, independientemente de quien gane las elecciones, se dan ajustes y reajustes en comandancias de policías, fiscalías y procuradurías a nivel estatal y federal que obligan a las bandas a pelear más ferozmente por territorios, rutas y productos y a buscar nuevos padrinos en cargos públicos para sus actividades o cobrar venganza a esos funcionarios que no cumplieron o ya no  son útiles. Los estados donde habrá una alta intensidad y frecuencia de lucha por parte de los criminales estará concentrada en los 11 estados costeros en el Pacifico y los 6 en el Golfo de México, así como los 6 estados que colindan con la frontera norte y los 4 con la frontera sur. Probablemente sucederá lo mismo en todas las ciudades que son parte de las distintas rutas que atraviesan el país y que son necesarias para mover tanto personas como bienes de forma ilícita a lo largo del territorio nacional. Finalmente en términos de organizaciones criminales no veremos la desaparición de ningún cartel en este 2018, por el contrario observamos que habrá más reagrupaciones importantes en torno a Jalisco y más divisiones de parte del Cartel de Sinaloa que complejizarán el escenario de seguridad pública de México. Sin embargo no debemos olvidar que el tema no es solo con los enfrentamientos con criminales dedicados al tráfico de enervantes, sino con todos los que también participan en el universo de delitos que comete la delincuencia organizada trasnacional. El riesgo es que la violencia genera miedo, perdida de inversiones, perdida de capital humano, etcétera.

2018 será un año complejo en términos sociales, económicos, políticos y de seguridad. Los riesgos y las amenazas siempre están presentes, sin embargo éstos aumentan cuando 1) los gobiernos ya no tienen la fuerza política para contenerlos y 2) cuando hay  incertidumbre sobre el comportamiento de actores no estatales y estales con capacidad de influir en las agendas nacionales.

Francisco Franco Quintero Mármol es Maestro en Inteligencia y Seguridad Internacional por el King´s College London, catedrático y conferencista en temas de inteligencia y seguridad y Director de CIS Pensamiento Estratégico