Hacer estimaciones es una labor compleja pero intrínseca a las actividades de un gobierno. En términos simples, estimar consiste en asignarle un valor matemático a deducciones que realizamos acerca del futuro. Todos los días se hacen, aunque por supuesto cada gobierno las hace con más o menos rigor.
El éxito o fracaso de una estimación dependerá de varios factores. Entre los más importantes se encuentran: 1) las variables tomadas en cuenta y que influirán en un determinado resultado y 2) el método utilizado para calcular la estimación sobre el futuro.
En este sentido, las estimaciones que realiza el gobierno mexicano sobre la evolución del COVID-19 tienen errores de diseño que harán que el resultado no sea como se espera.
El error sobre las variables analizadas
La estrategia del gobierno está basada en tres conjuntos de variables:
En primer lugar, los tres escenarios. En el escenario 1 el virus es importado, se dan decenas de casos de infectados que ameritan solo intervenciones entre las personas infectadas y el núcleo con el cual tuvieron contacto. En el escenario 2 existe una transmisión local comunitaria del virus, los casos se estimarían en cientos y por lo tanto, se tendrían que prever mayores intervenciones en la vida pública para prevenir futuros contagios. En el escenario 3, el virus, ya es una epidemia que se dispersa rápidamente con miles de casos de infectados y donde se reforzarían las medidas de intervención para evitar mayores contagios.
En segundo lugar, las variables relacionadas con el tiempo entre un escenario y otro. El gobierno estima que cada escenario ira sucediendo escalonadamente y producto de una evolución natural de los contagios que se darán entre la población. Sus cálculos es que entre el primer y segundo escenario habrán de pasar entre 3 y 4 semanas, mientras que el tercer escenario (que es el que consideran menos probable de ocurrir) podría aparecer un mes después a partir de haber llegado al segundo escenario.
En tercer lugar, la variable sobre el comportamiento de la población. La estrategia del gobierno es recomendar a la población 1) reducir el contacto entre personas y 2) avisar a las autoridades cuando se tengan síntomas. El gobierno considera que así evitará que los escenarios se cumplan.
Sobre todo, el error de cálculo del gobierno se encuentra en considerar que habrá un comportamiento futuro estable en la variable más importante de su análisis que es la gente. Es decir, el gobierno federal estima que, si la población cumple con las dos cosas que se le ha pedido en el plazo de 1 mes, probablemente reducirá el impacto de los escenarios que ha planteado.
Lo que parece no haberse tomado en cuenta, es que la economía informal representa casi un 60% de los trabajadores en México. Esto quiere decir que la gente que subsiste económicamente con lo que gana ese día, difícilmente podrá estar encerrada un mes o más. Es decir, 6 de cada 10 mexicanos necesariamente tendrán que salir durante el tiempo exigido de cuarentena y esto reducirá los tiempos entre los escenarios y por supuesto afectará el número final de infectados.
El error en el método escogido para estimar
Cuando se realizan estimaciones, se pueden utilizar distintos tipos de métodos probabilísticos para poder plantear cómo será ese futuro que imaginamos. Con el COVID-19, la estimación se ha basado en la evolución del virus en otros países, y en las medidas que tomaron sus respectivos gobiernos.
Este método de estimación es efectivo cuando hay razones suficientes para considerar que un evento puede comportarse de la misma forma que el evento base sobre el cual se está midiendo. Para ello, se tendría que tomar en cuenta, que la relativa similitud entre los eventos observados tendrían que conducir a un número fijo, siempre y cuando las observaciones continúen indefinidamente.
Este tipo de probabilidad para establecer una estimación es un error para casos como el COVID-19. La principal razón es que el número de casos disponibles (países y personas) para establecer una frecuencia es relativamente baja. Además de que nunca habrá condiciones iguales que sean estables en el futuro. Es decir, China pudo controlar el virus en parte por el sistema político que tiene. México tiene otro sistema político, distintas condiciones sociales y culturales, clima, etc. que hacen que el virus actúe de forma distinta.
Por lo tanto, el gobierno debería utilizar otro método de probabilidad. Quizá la probabilidad condicionada pueda resultar más útil para temas como el COVID-19. Este tipo de estimación reconoce el hecho de que la probabilidad de un evento se calcula dado un suceso que acaba de ocurrir y no por el comportamiento que tuvo en otros países.
¿Qué consecuencias puede haber por el error en la estimación?
Es muy probable que el haber escogido un mal método de estimación se tenga como consecuencia directa que pronto habrá en México muchos más casos de los previstos y consecuencias sociales y económicas más difíciles. Sobre todo, se prevén 2 escenarios.
- La toma de negocios por personas que aprovecharán la situación. Sobre todo, el foco se concentrará en tiendas departamentales o tiendas de conveniencia para abastecerse de productos en la medida que la crisis se extienda y los rumores causen psicosis colectiva. Estos ejemplos, los hemos visto en repetidas ocasiones como con la llegada de huracanes o temas como el “gasolinazo del 2017”. El problema es que el presidente López Obrador no usará fuerza pública para controlar posibles brotes de caos que surjan en las ciudades. Por lo cual, puede deteriorarse muy rápidamente las precarias condiciones económicas y sociales que prevalecen en este momento.
- El aislamiento entre personas se extenderá más de un mes. El problema es que se han dejado sin analizar otras variables que influyen también en el resultado de los escenarios y que no dependen de si la gente reduce el contacto entre personas. Por ejemplo, no toma en cuenta que si el gobierno federal implementara más acciones (incluso coercitivas) pudiera entonces reducir el impacto de los escenarios; o tampoco toma en cuenta los pronósticos del clima para determinar la estacionalidad del virus en las principales ciudades del país; ni mucho menos el comportamiento futuro de otros países que podrían influir en el número de infectados en México, etc.
En conclusión, el gobierno entra tarde al fenómeno del COVID-19 por utilizar variables insuficientes y por no escoger un método correcto para estimar. Como lo hemos dicho a nuestros clientes, el costo social, político y económico de esta situación probablemente será mayor que el estimado por el gobierno. Al menos, nuestras estimaciones así lo indican. No hay mucho espacio para corregir el tiempo perdido, pero sí para diseñar un plan de rescate para el día después de que la crisis aminore.
* Francisco Franco Quintero Mármol es Maestro en Inteligencia y Seguridad Internacional por el King’s College London, catedrático y conferencista en temas de inteligencia y seguridad y Director de CIS Pensamiento Estratégico.
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