El primero de julio pasado se cumplió un aniversario más de la agencia encargada de la gestión de la cooperación y coordinación policial en la Unión Europea: Europol. En sus quince años de existencia, esta institución se ha logrado constituir como un referente para la cooperación y coordinación policial a nivel mundial. Esto se debe a que se ha instituido como el punto de contacto de alrededor de 196 instituciones de seguridad y organizaciones de todo el planeta; mediante el cual intercambian información y datos, generan inteligencia, así como se diseñan y efectúan operaciones conjuntas para combatir tanto el crimen organizado, como al terrorismo transnacional. Esta cuestión, que se dice fácil, no es poca cosa en un mundo caracterizado por una reducida comunicación y complementariedad entre las instituciones de seguridad de cada país.
Los inicios de Europol se pueden rastrear a la década de los setenta del siglo pasado con la conformación del grupo de Trevi. En éste, altos funcionarios de las agencias de seguridad nacionales comenzaron a reunirse con la finalidad de intercambiar opiniones, conocimientos, información y experiencias sobre los fenómenos terroristas que se vivían durante aquellos años en el continente europeo (para darse una idea de la importancia, de 1970 a 1975 se presentaron mil 584 ataques terroristas). Con el paso de los años, el grupo de Trevi comenzó a presentar sus primeros resultados: no solamente propició la convivencia entre funcionarios de seguridad, sino también comenzó a desarrollar los primeros mecanismos para que las agencias de seguridad de los estados europeos comenzaran a cooperar y coordinarse de manera regular. Esto último sentó las bases para la creación de un espacio institucionalizado, que en la década de los noventa fue denominado como la Unidad de Drogas de Europol y que finalmente se materializó en lo que hoy conocemos por la Oficina Europea de Policía o Europol.
A casi cuarenta años de la conformación del grupo de Trevi, las cosas han cambiado radicalmente en el campo de la cooperación y coordinación policial. Hoy en día a partir de Europol, las agencias de seguridad europeas, algunas alrededor del mundo como: Colombia, Estados Unidos de América y Rusia, así como organizaciones internacionales: como Interpol o la Organización Mundial de Comercio, cooperan e intercambian información y datos de forma regular e inclusive realizan operaciones conjuntas y simultaneas en contra de organizaciones criminales y terroristas. Esta cuestión, impensable hasta hace unos años, se complementa con un asunto en cierto sentido revolucionario: en las operaciones comienza a participar el sector privado. Empresas informáticas, como Microsoft, se han vuelto “socios” de Europol para ayudar y apoyar a los gobiernos a enfrentar los riesgos y las amenazas en el ciberespacio.
De tal forma que Europol permite que institucionalmente, hoy en día, trabajen en conjunto gobiernos, organizaciones internacionales y el sector privado, para prevenir, investigar y perseguir las actividades criminales y terroristas. Para lograr el trabajo conjunto y coordinado de las agencias de seguridad se tuvieron que modificar ciertos paradigmas en el campo de la seguridad, entre ellos el entendimiento de la soberanía y de la confianza. Estos últimos frecuentemente han sido utilizados para evitar que las instituciones cooperen y se coordinen a nivel internacional, ya que proponían, por un lado, que la seguridad es exclusiva del Estado y que no debe de existir injerencia alguna de un ente externo; y por el otro, que la información y datos policiales no podían ser compartidos con otras instituciones por el mal uso que estas últimas le podían dar.
Ante esta nueva realidad, Europol es un referente sin comparación, ya que por una parte nos demuestra cómo una institución, respetando las soberanías nacionales y basándose en sus necesidades, se puede convertir en el gestor de la cooperación y coordinación policial. Y por otra, es un ejemplo de cómo el uso adecuado de la información y datos, conforme a una normativa y bajo un sistema de evaluación, abaten la desconfianza que puede llegar a existir entre las agencias de seguridad y sus oficiales. Estas cuestiones, desarrolladas paulatinamente, se vieron complementadas por un entendimiento de que los riesgos y las amenazas del crimen organizado y el terrorismo eran compartidas y que por lo tanto para hacerles frente era necesaria la acción conjunta y coordinada de las agencias de seguridad nacionales de los Estados Miembro que se veían afectados.
Hoy en día, con la abolición de los paradigmas mencionados, por lo menos entre las agencias de seguridad europeas, es posible observar como Europol se ha convertido en un elemento importante, por no decir indispensable, en la lucha contra la criminalidad y el terrorismo transnacional. Ello se plasma en el papel que juegan sus productos de inteligencia en la agenda de prioridades de seguridad de la Unión Europea, en el creciente número de solicitudes de información y datos (en algunos casos personales) que se realizan mediante Europol y por su papel de coordinación en operaciones conjuntas contra organizaciones o redes dedicadas a los delitos sexuales contra menores, informáticos y contra el tráfico de personas. Todo esto, no sobra decir, sin que Europol cuente con un cuerpo policial operativo con capacidades de arresto o despliegue en el terreno.
Por los elementos presentados se puede prever que Europol en las próximas décadas, continuará desarrollándose y siendo un referente de la cooperación y coordinación policial. En los siguientes años tres cuestiones iremos observando. La primera es el avance de las actividades y herramientas para disminuir los riesgos y amenazas que significa el ciberespacio a partir del Centro de delitos informáticos (EC3) de Europol. La segunda, es la ampliación de Europol a partir de la firma de acuerdos de cooperación con estados no europeos, como México, Brasil o Emiratos Árabes Unidos, con organizaciones internacionales y con más empresas del sector privado. Finalmente, algo que no hay que perder de vista, es el impacto para la cooperación y coordinación policial mundial con la candidatura del actual Director General de Europol, Rob Wainwright, para ocupar la Secretaría General de Interpol. Estas cuestiones nos indican que Europol proseguirá con la expansión de capacidades y con la ampliación de su poder de influencia, para que de forma conjunta y coordinada se trabaje a nivel mundial, en la disminución de las amenazas y riesgos provenientes del terrorismo y del crimen organizado transnacional.
Agradezco los valiosos comentarios de Misael Barrera Suárez
Fernando Jiménez candidato a Doctor Universidad Carlos III de Madrid