El 31 de Agosto de 2016, posterior a la reunión que sostuvieron en privado el Presidente Peña y Donald Trump, se dio una conferencia en Los Pinos en el contexto de la visita del Candidato Republicano a México. La conferencia fue bastante significativa no solo por los discursos que dieron, sino también por lo que no dijeron, es decir, la comunicación no verbal que pudo haber reflejado algunos de los aspectos tratados a puerta cerrada como el tema de quién pagará por el muro en dado caso de que Trump llegara a la presidencia de los Estados Unidos.
Los especialistas en lenguaje corporal dicen que el “cuerpo no miente” y que cerca del 90% de nuestra comunicación la realizamos vía el lenguaje corporal. Si nos sentimos incomodos, tristes, alegres, molestos o enojados se puede notar simplemente al observarnos. También hay señales de mentira que están presentes cuando hablamos y que pueden ser percibidas si nos educamos en las técnicas del lenguaje corporal.
Ahora bien, de la observación del lenguaje no verbal tanto de Peña como de Trump durante esa conferencia es que desprendemos algunas interpretaciones y su significado en el contexto de la reunión.
El lenguaje corporal del Presidente Peña Nieto es muy particular durante toda el desarrollo de la conferencia. Al inicio entró al recinto con mirada baja, con movimientos forzados de manos y con actitud de poca confianza lo cual podría ser indicador de que no estaba cómodo con el resultado de la reunión privada previa. Sus expresiones faciales, mientras pronunciaba su discurso, mostraban un semblante serio donde por momentos apretaba con fuerza la mandíbula y los labios que reforzaban la percepción de que no estaba tranquilo. El volumen y tono de voz fue alto, con entonación constante que reflejaba seguridad, sin embargo sus movimientos corporales no enfatizaban puntos relevantes de su discurso y esto es importante porque cuando el cuerpo no acompaña lo que estamos diciendo con movimientos corporales o gestos (emblemáticos, ilustrativos, etcétera) probablemente estemos ocultando información, es decir, no hay conexión entre lo que estamos diciendo y lo que estamos sintiendo. Durante la conferencia hubo señales visuales en momentos muy específicos como cuando el Presidente agradece la visita de Trump mirando hacia abajo pero no dirige la mirada hacia él, esto es una posible señal de que no está cómodo con su visita y por supuesto que el resultado de la reunión privada tampoco fue cómo esperaba. De hecho en el minuto 4:32 de la conferencia publicada por el Gobierno Federal se puede apreciar un cambio de tono de voz y ritmo al momento en que Peña hace referencia a la conversación que mantuvieron en privado; esto lo hizo ver menos seguro que antes en su hablar y por supuesto abre la posibilidad para suponer que dicho encuentro en privado no fue tan positivo como el Presidente menciona. Cuando inició el discurso de Trump, el Presidente Peña asume una postura todavía más sugerente y que refuerza la hipótesis aquí planteada del mal momento que estaba pasando, es decir observamos que se pone en una postura defensiva inclinándose hacia un lado, detrás del podio, como protegiéndose del discurso de Trump. Estas actitudes contrastan mucho con otras observadas por Peña Nieto en otros foros y con otros actores políticos donde demuestra un lenguaje corporal más suelto y acorde a sus palabras y a la confianza que tiene en ellas
Por su parte Trump durante su discurso mantuvo una posición erguida y mirando con firmeza tanto a los presentes como al propio Presidente. Se le escuchó mesurado en su tono y volumen de voz. Mientras escuchaba el discurso de Peña mantuvo una postura corporal de brazos extendidos, que es un indicador muy característico de alguien que se siente cómodo y confiado con el resultado; por su puesto sabía que la venida a México era un ganar-ganar para él, pero quizá el resultado de la reunión privada también le favorecía. Mientras habló, resaltó puntos importantes con gestos ilustrativos señal nuevamente de concordancia entre su discurso y lo que probablemente le comentó al Presidente en privado. Hay algunos momentos del discurso de Trump muy particulares como cuando habla del interés por mantener la seguridad en el hemisferio a partir de la cooperación con México, sin embargo mientras lo hace mira al lado izquierdo y apunta con el dedo hacia el lado derecho, esto es una señal muy particular de personas que dicen una cosa pero en realidad están pensando en otra. O cuando llama amigo a Peña pero no lo mira de frente y no es hasta que deja de hablar que voltea a verlo.
El final de la conferencia y antes de iniciar la ronda de preguntas, mostró otro elemento más del lenguaje corporal. Trump, al dar por terminado los puntos que tenía para exponer, toma la iniciativa y se acerca a Peña para ofrecerle un saludo que es inesperado para Peña y aunque éste responde casi de inmediato, hay un breve espacio en el que parecería que duda. Peña saludó de forma rápida y sin salir mucho de su espacio de protección (el atril) y regresa instantáneamente a su posición; su postura durante el saludo fue cerrada mientras que Donald Trump se encuentra en una posición abierta, frente a las cámaras y a su audiencia y dando una señal de seguridad y autoridad. Esta imagen será más evidente en cuanto se pasó a la ronda de preguntas y respuestas donde frente a una pregunta en particular dirigida a Peña Nieto sobre la reunión privada que habían sostenido previamente y dónde el Presidente ya se preparaba para responderla tomando los micrófonos (una clara señal de que va a contestar), Trump se adelanta y comienza a contestar la pregunta dejando al Presidente con las palabas en la boca y una vez que termina el mismo le da la palabra a Peña para que amplié la respuesta.
De acuerdo con esta breve descripción del lenguaje corporal más importante de ambos personajes durante la conferencia de prensa podemos asegurar que la reunión previa que sostuvieron no fue del todo tranquila. El Presidente Peña sostuvo en entrevistas de televisión posteriores a la reunión que le manifestó a Trump que no pagaríamos el muro que pretende y que eso se lo dijo en la reunión privada. Sin embargo nos queda la percepción a partir de este análisis que esto no fue así y que sí lo hizo, probablemente no recibió la respuesta de Trump que él esperaba.
Autores: Arantza Vázquez, Essau Cerón, Estefanía Duron, Lorena Torres, Mariana Macías y Pablo Fuentes. Alumnos de la materia de Seguridad Internacional de la Universidad Iberoamericana, Semestre Otoño 2016.