En materia de inteligencia hay un tema pendiente que ha rondado desde el sexenio del presidente Peña Nieto y sigue permeando en la presente administración, esto es la creación del Sistema Nacional de Inteligencia (SNI).
La idea con su creación es que el SNI sustente el proceso de deliberación del Consejo de Seguridad Nacional con productos de inteligencia y con ellos, las instituciones que forman parte de la comunidad de seguridad y defensa puedan evaluar oportunamente los desafíos, presentes y futuros de la seguridad nacional.
Por diversas razones el SNI no se ha podido consolidar. En anteriores ocasiones hemos tratado algunas causas como son la falta de personal capacitado y especializado en inteligencia, la ausencia de mecanismos de coordinación formales entre instancias, la sobre carga de trabajo, entre otros, sin embargo, la realidad es que la principal razón no es de origen técnico o político, sino de una profunda reflexión sobre el futuro de la inteligencia mexicana.
A nuestro parecer, esas preguntas de fondo que el SNI tendrá que resolver son:
- ¿Qué tipo de servicio de inteligencia requiere México para los retos del S.XXI?
- ¿Qué tipo de amenazas espera enfrentar el Estado Mexicano en los próximos años?
- ¿Cómo aprender mejor de los errores y como rendir mejores cuentas?
Pero también hay retos de forma. Destaco solo los siguientes, aunque habrá muchas otras referencias que se pueden encontrar en los escritos de CIS Pensamiento Estratégico:
- El marco jurídico de la inteligencia. La Ley de Seguridad Nacional, donde existe un apartado para la inteligencia, esta superado. El marco institucional mas robusto se da posterior a esa Ley que se expide en 2005 y la cual no están previstas.
- La creación de la inteligencia exterior y hacerla compatible con la inteligencia interior. El SNI tendrá que dar el salto para abandonar los viejos paradigmas de las “aspiraciones y objetivos nacionales” a una expresión mas moderna y útil que son los intereses nacionales. En ese contexto se hace relevante la incorporación de capacidades exteriores y el entendimiento de los fenómenos internacionales futuros y su implicación para la seguridad interior.
- Un esfuerzo de cálculo de estimaciones de mayor largo aliento. Sin reflexiones profundas, el SNI corre el riesgo de reforzar los puntos ciegos que la inteligencia mexicana ha tenido hasta el momento y no poder transitar de un estado actual a uno deseado en el futuro. Para evitarlo, el SNI tiene que observar sobre horizontes mas lejanos y temas mas complejos. La prospectiva anual hoy no es suficiente para resolver los problemas complejos que tiene México.
- Presupuestos plurianuales. Hay una demanda sobre incrementar los presupuestos de inteligencia hasta alcanzar un .2% del PIB, sin embargo, si bien es una solicitud legitima de los servicios de inteligencia, quizá el primer paso sería lograr presupuestos plurianuales para poder crear capacidades de largo plazo de la inteligencia.
Recomendación estratégica. Si revisamos la historia de servicios de inteligencia como el de Inglaterra, Estados Unidos, Rusia o Israel, nos encontraremos que comparten un origen común: sus lideres adquirieron cultura estratégica y conciencia defensiva territorial como antecedente para crear sus respectivos servicios. Sin embargo, la formación de la inteligencia en México estuvo inspirada por otros conceptos como la necesidad de sobrevivencia y seguridad del régimen político en turno y la seguridad interior como marco para justificar sus acciones. Ese error en el origen quizá ha condicionado su capacidad en los últimos 30 años. No obstante, el reto más profundo del SNI será construir un sistema de inteligencia fundamentado no en los intereses de un gobierno, sino la cultura estratégica y la conciencia defensiva territorial.