El Gobierno de México ha lanzado una estrategia contra el robo de combustible desde hace algunos días y ha determinado un objetivo simple: acabar con el robo. Sin embargo, la pregunta importante en estos momentos es, sí una vez que se vuelvan a abrir los ductos de gasolina ¿el robo se habrá terminado o al menos reducido en un porcentaje significativo para que haya valido la pena el sacrificio?
Para ser efectivo contra la criminalidad organizada hay que atacar dos aspectos. El primero son las capacidades que tienen para combatir al gobierno y el segundo es su voluntad de seguir delinquiendo y contrarrestando los esfuerzos de un Estado en su contra. Hay bandas criminales que tienen capacidades para hacer frente a la intención del Estado de eliminarlos, pero no tienen la voluntad. Hay otros que sucede a la inversa, es decir, tienen la voluntad, pero no tienen las capacidades. Las bandas criminales verdaderamente peligrosas son las que tienen ambas. Por ello cualquier estrategia de un Estado para combatir a la criminalidad debe de contemplar un esfuerzo en estas dos vertientes si pretende alcanzar el éxito al final del día.
Cuando hablamos del combate a las capacidades de las bandas criminales nos referimos a sus medios, métodos, dineros, estrategias, integrantes, lideres, armas, formas de financiamiento, mercados, redes, base social, base política etc. Recordemos que las bandas criminales no tienen grandes capacidades para sostener un conflicto permanente o ganarle al Gobierno, pero si las suficientes para inducirle miedo y entonces desista de combatirlos. Sin embargo, en la batalla frente a las bandas criminales, la realidad es que no se pueden atacar todas las capacidades del enemigo, sin embargo, si lo estudiamos, se podrá vislumbrar que hay algunas capacidades más importantes que otras. Por ejemplo, el número de integrantes de una organización depende de la cantidad de recursos que tenga, pero los recursos dependen de las fuentes de financiamiento, a su vez, las fuentes de financiamiento dependen del grado de evolución de una organización, es decir, una organización con una base de operaciones mas grandes y liderazgos mas flexibles le permite incursionar en distintas actividades que a su vez le dan mas recursos. En este sentido las bandas dedicadas al robo de combustible en México son organizaciones altamente jerárquicas, pocas de ellas se han descentralizado, y cuentan con una base de operación limitada y con alianzas reducidas. Esto hace que sus capacidades de resistir el embate gubernamental dependan de pequeños hilos delgados. Si queremos combatirlos donde son más fuertes, probablemente el sacrificio que hagamos será muy alto para nosotros y tendremos que desistir por el costo que nos representa. Por ello, lo estratégico sería encontrar en dónde comienzan esos hilos delgados y por ahí empezar a cortar.
Cuando hablamos de la voluntad de las bandas criminales nos referimos a la intención que tienen de seguir peleando. Esa voluntad, que es una facultad de los líderes de la organización, depende de las bases de apoyo económicos, políticos y sociales que tengan. Es necesario entender que el solo hecho de cortarles la base económica de su negocio, que en este caso es la gasolina, no necesariamente acaba con su voluntad de seguir delinquiendo. Por ello la imperante necesidad de atacar las otras dos bases. Cuando al adversario se le reducen sus capacidades operativas, pero se deja intacta su voluntad, entonces vuelve a presentarse más adelante y quizá con más fuerza. Un escenario que puede darse en este sentido es que empecemos a ver el sabotaje a ductos, gasolineras y estaciones por parte de la criminalidad solamente como contramedida al esfuerzo gubernamental.
Sin embargo, la realidad es que no hay una batalla decisiva frente a los criminales. Son muchas y duran mucho. Por lo tanto, si bien hay una oportunidad de hacerles verdaderamente daño a las bandas criminales dedicadas al robo de combustible en este momento, deben observarse aspectos muy puntuales. Salir a golpear sin sacarlo del cuadrilátero no dará resultado y el sacrificio no habrá valido la pena; la intención tendría que ser noquearlo, o, en otras palabras, agotarlos física y mentalmente para que no vuelvan a presentarse…al menos durante algún tiempo.
* Francisco Franco Quintero Mármol es Maestro en Inteligencia y Seguridad Internacional por el King´s College London, Director de CIS Pensamiento Estratégico, consultor, catedrático y conferencista en temas de inteligencia y seguridad
Excelente análisis Maestro.. felicitaciones